Berlín, 10 jun (EFE).- Los estados federados alemanes con plantas
de Opel se resignaron hoy a buscar en solitario una solución para el
rescate del fabricante automovilístico, mientras la canciller Angela
Merkel aceptaba el rechazo de su socio de coalición liberal a
aportar las ayudas públicas solicitadas por General Motors.
Los líderes de los "Länder" con plantas de Opel salieron de su
reunión con Merkel con las manos vacías, en lo que a recursos se
refiere, y comprometidos a estudiar alternativas, un día después de
que el ministro de Economía, Rainer Brüderle, rechazara la petición
de avales por valor de 1.100 millones de euros.
La cita en la Cancillería se había convocado tras fuertes
rifirrafes entre el Partido Liberal (FDP) del ministro y Merkel,
quien ayer había respondido al pronunciamiento de su ministro,
declarando que no se había dicho la última palabra al respecto.
En medios alemanes se habían desataron las especulaciones acerca
de un hipotético "Plan B", que habría implicado al ministro de
Finanzas, Wolfgang Schäuble, correligionario de Merkel, lo que
habría supuesto entrar en una clara línea de confrontación entre las
filas cristianodemócratas de la canciller y su socio liberal.
En lugar de eso, horas después de la cita en Cancillería, Merkel
admitió, en una conferencia de prensa asimismo con representantes de
los "Länder" para hablar de fondos de Educación, que no hay
posibilidades de una participación directa de su Gobierno en Opel.
"El gobierno federal no puede asumir nuevos compromisos en esa
cuestión", afirmó la canciller, lacónicamente, después de que el día
anterior hubiese abierto esas expectativas y admitido división de
opiniones en su coalición respecto a la línea de Brüderle.
El líder del FDP, vicecanciller y ministro de Exteriores, Guido
Westerwelle, había salido este mismo jueves en defensa de su
ministro, asegurando que había procedido correctamente y afirmado
que General Motors, tiene liquidez y no compete, por tanto, cargar
los costes del rescate al contribuyente.
En términos parecidos se pronunció el secretario general del FDP,
Christian Lindner, al afirmar que la "pelota está ahora en el
tejado" de Merkel y que a ésta correspondía resolver la situación.
Mientras la canciller y sus socios sumaban así un nuevo disenso
-a añadir a los múltiples diferencias persistentes, tanto en materia
fiscal como sanitaria-, los cuatro líderes de los "Länder" afectaron
salieron de la reunión resignados a tener que actuar en solitario.
"Estamos todos amargamente decepcionados", dijo el jefe del
gobierno de Renania-Palatinado, el socialdemócrata Kurt Beck, tras
explicar que la cita había concluido sin que se alcanzara acuerdo
alguno para apoyar a Opel con la ayuda del Gobierno de Berlín.
Su colega de Renania del Norte-Westfalia, el cristianodemócrata
Jürgen Rüttgers, subrayó la coincidencia de los cuatro "Länder" en
cuanto a su disposición a seguir negociando con Opel y GM.
Ambos líderes, como sus colegas de Turingia y Hesse, apuntaron a
la existencia de "otras posibilidades" e instrumentos "a estudiar"
para ayudar a Opel en su proceso de reestructuración, aunque no
ofrecieron detalles sobre esas alternativas.
Hasta ahora, se partía de la base de que el reparto iba a quedar
en un 46 por ciento para Berlín, un 29,1 para Hesse -donde está la
central de Opel- y el resto a asumir por los otros "Länder".
Hasta dónde están dispuestos a subir su porcentaje los "Länder"
es algo que deberá concretarse todavía, mientras que desde Opel se
mantiene, hasta ahora, el plan de suprimir 8.300 de los 48.000
puestos de trabajo en Europa.
"Sé que hay muchos puestos de trabajo en peligro pero como
ministro de Economía tengo que defender los principios de la
economía social de mercado y ayudas a Opel hubieran distorsionado la
competencia", dijo Brüderle, ayer, al dar a conocer la decisión.
Sin embargo, para el ministro prevalece el hecho de que, según
dijo, GM dispone de una liquidez de por lo menos 10.000 millones de
euros y puede sanear a Opel por sus propios medidos.
Además, la ayuda solicitada por Opel debía salir de un fondo
especial para empresas afectadas por la crisis financiera y los
problemas del fabricante de automóviles tiene un origen distinto.
El futuro de las plantas -de Opel quedó así de nuevo en suspenso
de futuras decisiones, mientras Merkel tuvo que encajar un otro
disenso flagrante con sus socios, mientras los medios anotan las
subidas de tono de esos desencuentros, en que se han cruzado hasta
insultos, según revelaba estos días el diario "Bild". EFE