Paco G. Paz
Washington, 16 sep (EFE)- Un destacado senador demócrata de
EE.UU., Max Baucus, presentó hoy una propuesta de reforma de salud
que da cobertura a millones de personas sin seguro pero que descarta
la polémica creación de un "seguro público".
En líneas generales, esta propuesta, que busca encauzar el
agresivo debate que se ha desatado en torno a la reforma de la
sanidad estadounidense, es un plan a diez años que costará unos
856.000 millones de dólares, algo menos del billón de dólares que
alcanzaban versiones anteriores.
El plan garantiza, como quiere la Casa Blanca, la cobertura
sanitaria para más de 30 millones de estadounidenses que carecen de
seguro en la actualidad.
No obstante, la propuesta descarta la creación de un plan de
sanidad pública, una posibilidad defendida por algunos demócratas y
que en las últimas semanas ha levantado la ira de los más
conservadores, que lo consideran un intento de "socializar" la
sanidad.
Con la creación de un "plan público", los demócratas pretendían
introducir competencia en un sector muy opaco y, en definitiva,
provocar un descenso de los precios.
En lugar de esta posibilidad, la propuesta que firma Baucus
-presidente del Comité de Finanzas de la cámara alta- establece la
creación de unas cooperativas de salud que darán servicios a los
particulares sin ánimo de lucro, y por tanto, a precios bajos.
Estás cooperativas echarán a andar con una ayuda del Gobierno
federal de 6.000 millones de dólares
Además, el plan establece la creación de un mercado regulado
donde las familias podrán comparar los distintos planes de salud,
contrastar precios y contratar el que más les interese, y suaviza
los requisitos para disfrutar del Medicaid, el plan que funciona en
EE.UU. para los más pobres.
Entre otros puntos, la propuesta demócrata introduce la
prohibición de que las aseguradoras de salud den de baja a clientes
por el coste de su enfermedad, siempre y cuando estén al día en el
pago de sus cuotas.
Además, el proyecto de legislación aumenta la protección de los
asegurados que contratan una póliza estando ya enfermos, y para
aquellas familias de bajos ingresos que no puedan acceder al
Medicaid establece unas ayudas, vía devolución de impuestos, para
que puedan contratar un seguro.
Las familias, por su parte, estarán obligadas a contratar un
seguro de salud, y podrán ser sancionadas con multas de entre 750 y
3.800 dólares si no cumplen con esta exigencia.
La propuesta de Baucus es más moderada que otras que han
aparecido en el Capitolio, y que recogen por ejemplo la obligación
de los empresarios de proveer cobertura sanitaria a sus empleados.
Con su propuesta, que será votada la próxima semana, el senador
Baucus quiere enderezar un debate que ha alcanzado altas
temperaturas en las últimas semanas, así como ayudar a la Casa
Blanca a sacar adelante su principal proyecto actual en política
doméstica.
"Este es un momento único en la historia en que podemos lograr el
objetivo para el que muchos hemos estado luchando durante mucho
tiempo", dijo hoy el congresista, al presentar su propuesta.
El Comité de Finanzas del Senado es uno de los cinco comités de
la cámara alta que debe aprobar algunas de las propuestas de salud
antes de que el tema llegue a los plenarios del Senado y de la
Cámara de Representantes.
La propuesta de Baucus supone un reacondicionamiento total del
actual sistema de salud estadounidense, que mueve 2,5 billones de
dólares, y será financiada vía impuestos (349.000 millones) y
mediante recorte de gastos (507.000 millones), por lo que no
aumentará el déficit del país.
Además, establece gravámenes para la industria, en un intento de
que colaboren con la reforma. Los proveedores de servicios
sanitarios tendrán que aportar 93.000 millones en diez años, las
farmacéuticas 2.300 millones, los fabricantes de instrumental médico
4.000 millones, y las aseguradoras de salud 6.000 millones.
Si bien el texto, de 223 páginas, acaba de ser presentado
formalmente hoy, algunos republicanos se han apresurado a dar a
conocer sus críticas.
El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell,
se quejó de que el plan recortará los servicios del Medicare, como
se llama el plan de salud que disfrutan los ancianos, y provocará la
subida de impuestos a los negocios y familias trabajadoras. EFE
pgp/mla/eat