Washington, 30 jun (EFE).- Diez mil banderas estadounidenses
dibujaron hoy en Washington el mensaje "Libres de petróleo", en una
protesta organizada por ecologistas y veteranos que pidieron unidos
"la independencia energética" de Estados Unidos.
A unos metros de la Casa Blanca y con el Washington Memorial al
fondo, el director ejecutivo de Sierra Club, Michael Brune, ofreció
una rueda de prensa para reclamar, en vísperas del fin de semana del
4 de julio, festividad de la independencia del país, una "nueva
independencia".
"No hay mejor tiempo que ahora para unirnos y quitarnos de encima
el petróleo, y romper así la adicción al petróleo en nuestra
generación", proclamó.
Brune defendió un cambio en la política energética del país como
respuesta al desastre ecológico del Golfo de México, causado por la
rotura de un pozo petrolífero que derrama al día entre 35.000 y
60.000 barriles diarios.
Las 10.000 banderas desplegadas sobre la hierba del "Mall", la
principal explanada de la capital estadounidense, forman las letras
de "Freedom from Oil" (libres de petróleo) y representan las miles
de firmas de una petición en línea al presidente Barack Obama para
que acabe la dependencia petrolera en veinte años.
El letrero puede ser leído tanto por los turistas desde el
obelisco que conmemora a Washington, como por Obama cuando parte
desde la Casa Blanca con el helicóptero "Marine 1", tal y como hizo
durante la conferencia, según los organizadores que esperaron a su
salida para seguir su discurso.
Y es que, según el director de una de las organizaciones
ecologistas más históricas del país, la "urgencia" de la mayor
catástrofe ecológica de la historia de Estados Unidos no ha frenado
las perspectivas de futuro de las grandes petroleras.
Aunque no se ha limpiado el petróleo ni los pescadores han vuelto
a trabajar, "la industria petrolera está trabajando para expandir la
perforación de petróleo en aguas profundas en el Golfo, Alaska y la
cuenca atlántica", señaló.
"Es desafortunado que nuestra dependencia en petróleo esté
financiando las balas que están disparado nuestros enemigos en esas
dos guerras. Es una vergüenza que tengamos que pasar otro 4 de julio
financiando esas balas", denunció el director del Truman Security
Project y veterano de Irak, Jonnathan Powers.
Powers, quien es también un veterano de guerra que luchó dos años
en Irak, pertenece a una organización que argumenta que la deuda
estadounidense contraída por las importaciones de crudo financia a
"los enemigos" en otros países.
El aumento de los precios de petróleo y el coste asociado a su
consumo, unos 386.000 millones de dólares al año suponen, según esta
organización, el enriquecimiento de otros regímenes y grupos que
financian a terroristas que batallan en Irak o Afganistán.
"Tenemos que tomar el control de nuestra energía", reclamó Powers
y animó al Congreso a aprobar la reforma energética que la Casa
Blanca intenta impulsar, aún con más ímpetu desde que el vertido de
BP contamina las costas del Golfo.
Entre otras cosas, el Gobierno quiere fomentar fuentes
alternativas de energía y nuevas regulaciones sobre las
perforaciones en aguas profundas, como las de la plataforma
Deepwater Horizon, gestionada por BP. EFE
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