Belén Delgado
Lima, 23 jul (EFE).- Ecuador y el Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD) firmarán el próximo 3 de agosto un
fideicomiso para desarrollar la iniciativa ambientalista Yasuní-ITT,
paso previo para empezar a recabar fondos en los países
comprometidos con el proyecto.
En una entrevista con Efe, la ministra ecuatoriana coordinadora
de Patrimonio, María Fernanda Espinosa, que asiste a la Feria
Internacional del Libro en Lima, donde ayer presentó el proyecto,
manifestó hoy que ya piensa en la campaña de negociación directa que
iniciará en los países interesados.
Tras más de cuatro meses de trabajos técnicos, el PNUD y Ecuador
suscribirán un mecanismo financiero que permitirá dejar bajo tierra
un importante yacimiento petrolero ubicado en el Parque Nacional
Yasuní, en la Amazonía ecuatoriana.
Para proteger esa zona considerada como una de las mayores
concentraciones de biodiversidad del mundo, Ecuador reclama una
compensación financiera de, al menos, la mitad de los recursos que
generaría una eventual explotación petrolífera.
Según Espinosa, el nuevo fideicomiso es "extremadamente
complejo", de más de 200 páginas, y ha sido negociado "línea por
línea" puesto que, señaló, ni el PNUD ni Ecuador se habían
enfrentado nunca a este reto "tan particular".
Ese "paraguas jurídico" es el que el Gobierno ecuatoriano tendrá
que mostrar a los posibles socios a partir de agosto para
convencerles de la viabilidad del proyecto, que busca combatir el
cambio climático y hacer de Ecuador un país "post-petrolero".
El proyecto de conservación del Yasuní, donde se asienta el campo
petrolero Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT), prevé dejar sin
explotar unos 850 millones de barriles de petróleo, lo que evitaría
la emisión de 407 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Ecuador ha recibido diferentes apoyos "políticos", pero ahora
hace falta definir lo que cada país está dispuesto a aportar.
Espinosa citó a Alemania como el único país en la Unión Europea
que, además de respaldar la iniciativa, ha fijado una cantidad, la
de 50 millones de euros anuales durante 13 años.
También se han mostrado receptivos España, Bélgica, Italia y
Francia, mientras que con Noruega, la titular de Patrimonio explicó
que ya ha habido acercamientos formales, puesto que se trata de un
"gran exportador de petróleo pero muy sensible ambientalmente".
El segundo bloque que Ecuador quiere conquistar son los Estados
árabes miembros de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP), indicó Espinosa.
"Hay una sensibilidad política y ética de estos países", subrayó
la ministra, para quien existe la necesidad común de disminuir el
consumo de combustibles fósiles y de plantear alternativas a
economías muy dependientes del petróleo.
Con el "fideicomiso en mano", aseguró, Ecuador visitará los
países de la OPEP de forma bilateral para que se conviertan en
"socios estratégicos" de la iniciativa Yasuní-ITT.
En el caso de Estados Unidos, dijo la ministra, este país empezó
a interesarse por el proyecto a raíz del impacto causado por el
reciente vertido de crudo en el Golfo de México y del compromiso de
su presidente, Barack Obama, de priorizar el cambio climático
durante su legislatura.
Otros países como Nigeria y Guatemala han solicitado asistencia
técnica para replicar este modelo de desarrollo, pero Espinosa
consideró que antes de compartirlo hay que comprobar si funciona.
"Este modelo no es para cualquier país", sino para aquellos
megadiversos, petroleros y en vías de desarrollo, aseveró.
Ante las crisis por las que atraviesa el medio ambiente en el
mundo, abogó por repensar "los valores y la ética del desarrollo" y
apelar al compromiso de las empresas.
Ayer, el Estado ecuatoriano declaró la caducidad de varios
contratos de participación con dos compañías extranjeras, dentro de
su política de cambiar este tipo de contratos por otros de
prestación de servicios.
En opinión de Espinosa, las multinacionales "no tenían
disposición a renunciar a nada", frente a lo cual el Gobierno ha
optado por negociar "de igual a igual" y llegar tanto a acuerdos
como a desacuerdos. EFE