César Muñoz Acebes
Washington, 25 ago (EFE).- Una recesión más aguda que lo
anticipado y los intereses de una deuda creciente harán que el
agujero fiscal estadounidense sume 9 billones de dólares en la
próxima década, según predijo hoy la Casa Blanca.
Esa cifra es dos billones mayor que lo calculado anteriormente
por los contables del Gobierno, que hoy actualizaron sus
predicciones.
Los nuevos pronósticos limitarán la capacidad del presidente
Barack Obama de traer el cambio que prometió durante la campaña
electoral, en la medida en que reducir el déficit deberá ser una
prioridad por encima de nuevos programas de gasto, según los
expertos.
"Todas las iniciativas tendrán que tener un impacto nulo sobre el
déficit, como poco. Estos datos pueden poner freno a lo que la
administración y el Congreso aspiran a hacer", dijo en una rueda de
prensa Stan Collender, un experto en asuntos presupuestarios.
Obama ha prometido cortar el déficit a la mitad para finales de
su mandato, en enero de 2013.
"Ni el presidente ni el Congreso deberían intentar reducir los
déficit demasiado rápidamente en los próximos años, porque eso
socavaría los intentos por estimular una economía que es aún
frágil", alertó James Horney, otro especialista en temas fiscales,
del Centro de Presupuestos y Prioridades de Política.
La Oficina de Presupuestos del Congreso, que también actualizó
hoy sus previsiones, augura un agujero fiscal en la próxima década
bastante menor, de 7,1 billones de dólares.
Sin embargo, a la hora de hacer sus cálculos esa agencia asume
que se mantendrán las políticas actuales, mientras que la Casa
Blanca incluye en sus cifras el coste de programas que pretende que
apruebe el Congreso, como la extensión de algunas rebajas
tributarias y la reforma del sistema de salud.
A corto plazo, las noticias en el terreno presupuestario son
mejores que lo esperado.
Este año fiscal, que terminará a finales de septiembre, el
déficit de Estados Unidos sumará 1,58 billones de dólares, según la
Casa Blanca, y 1,6 billones, de acuerdo con la Oficina de
Presupuestos del Congreso.
Ello equivale al 11,2 por ciento del Producto Interno Bruto
(PIB), el mayor porcentaje desde la Segunda Guerra Mundial.
En comparación, el déficit del pasado año fiscal alcanzó 455.000
millones de dólares, lo que ya fue un récord en términos absolutos.
Desde que se iniciara el actual ejercicio fiscal, en octubre de
2008, la recesión ha hundido los ingresos públicos, al tiempo que el
Gobierno ha tenido que gastar mucho más en ayudas a la banca, la
industria del motor, los propietarios de viviendas y otros programas
para reactivar la economía.
Aún así, las previsiones iniciales sobre los números rojos del
erario público eran aún más pesimistas, pues la Oficina de
Presupuestos del Congreso había augurado 90.000 millones de dólares
adicionales de déficit para este año fiscal.
Mientras, la Casa Blanca había contado con un déficit de 1,84
billones de dólares, dado que había apartado 250.000 millones de
dólares extra para ayudar al sector financiero que al final no han
sido necesarios.
En el terreno del mercado laboral, la Casa Blanca ha abandonado
su pronóstico de febrero, en el que auguraba un desempleo del 8,1
por ciento para este año, y ahora cree que llegará al 10 por ciento
en los próximos meses.
"La recesión simplemente ha sido peor" que lo anticipado
entonces, explicó en una rueda de prensa la presidenta del Consejo
de Asesores Económicos de la Casa Blanca, Christina Romer.
Según el Gobierno, la economía volverá al terreno positivo en el
último trimestre del año, pero aun así la media del año será de una
contracción del 2,8 por ciento, seguida por un crecimiento del 2 por
ciento en 2010, unas cifras también más pesimistas que su anterior
vaticinio.
Para 2011 predice una expansión del 3,8 por ciento.
El tremendo golpe sobre la demanda mantendrá baja la inflación,
de acuerdo con la Casa Blanca, que augura una caída de los precios
del 0,7 por ciento este año y sendas subidas del 1,4 por ciento en
el que viene y del 1,5 en 2011. EFE