Madrid, 2 oct (EFE).- La semana que ahora acaba trajo la
confirmación del la desaceleración del crecimiento Estados Unidos,
que cayó al 1,7% en el segundo trimestre desde el 3,7% del primero,
por un fuerte incremento de las importaciones y una disminución
sustancial de la inversión de las empresas privadas en existencias.
También en Estados Unidos, el sector manufacturero creció de
nuevo en septiembre, pero a menor ritmo que en agosto, y sumó
catorce meses de expansión, aunque la situación no es considerada
alentadora por los especialistas.
En tanto, la confianza del consumidor estadounidense cayó en
septiembre al menor nivel desde febrero (48,5 puntos) y las ventas
de automóviles en ese mismo mes cayeron con respecto a agosto debido
a la debilidad económica, aunque el comportamiento fue mucho mejor
que el registrado un año antes.
Portugal tuvo que aplicar otro paquete "duro, exigente, pero
necesario" de austeridad, con aumento del IVA del 21 al 23%, rebaja
salarial del 3,5 al 10% a los funcionarios, congelación de
pensiones, recortes de gasto e inversión estatal, reducción de
beneficios fiscales y aumento de tasas administrativas.
Al día siguiente, cuando se recuperaba levemente la credibilidad
de Portugal, la Unión Europea solicitó a Lisboa adicionales reformas
estructurales para fomentar el crecimiento económico y remediar la
pérdida de competitividad que ha sufrido la economía lusa en los
últimos años, mientras que la central sindical mayoritaria, la
procomunista CGTP, llamaba a una huelga general.
Irlanda reveló el jueves que el plan para sanear sus bancos puede
requerir 50.000 millones de euros, 11.000 euros por cada irlandés en
una población muy golpeada por la recesión y por los duros recortes
gubernamentales.
El parlamento islandés sentó el jueves un precedente al aprobar
el juzgamiento del ex primer ministro conservador Geir Haarde, de 59
años, por "negligencia" en el colapso bancario de octubre de 2008.
Haarde cayó en 2009 en medio de caos financiero y la mayor ola de
protestas populares en 60 años. Se enfrenta a una condena a hasta
dos años de cárcel si es declarado culpable.
En España, una huelga general, que tuvo el miércoles una
incidencia desigual, no hizo mella en la decisión del gobierno de
mantener sus políticas económicas de austeridad y las reformas
laborales, que los sindicatos piden sean rectificados.
El último trimestre del año comenzó en España con la perspectiva
de aumento del desempleo -admitida por el Gobierno- y de que la
economía se ha desinflado de julio a septiembre, después de los
modestos repuntes en el primero (0,1%) y en el segundo (0,2%).
La última previsión, de la agencia de calificación Fitch,
conocida el viernes, vaticina para España en 2010 una contracción
del 0,3% y para 2011 una expansión del 0,7%.
"En los próximos años, es probable que la economía española sólo
crezca un 1% anual de media", adujo, por su parte, la agencia
Moody's al rebajar un escalón (de AAA a Aa1) la calificación de la
deuda española precisamente por la debilidad de la recuperación
económica.
En el capítulo empresarial, Repsol, después de meses sopesando
alternativas, anunció el viernes una alianza con la China Sinopec, a
la que le vendió el 40% de su filial brasileña por 7.100 millones de
dólares, operación de la que nacerá la segunda mayor petrolera
privada de América Latina, valorada en casi 18.000 millones de
dólares.
La inyección de fondos permitirá desarrollar el gran potencial
del grupo español en una de las regiones con más recursos petroleros
para explotar del planeta.
También el viernes, la española Gas Natural Fenosa confirmó que
debe pagar casi 2.000 millones de dólares a la estatal argelina
Sonatrach por compensación por el precio inadecuado que pagó por
suministros de gas de 2007 a 2009, tras un laudo del Tribunal
Arbitral de París.
El oro marcó máximos sucesivos tanto en el mercado de futuros de
Nueva York, donde acabó la semana rozando los 1.318 dólares la onza,
como el "spot" de Londres, donde el viernes pasó de los 1.316
dólares.
El oro vive un momento de fuerte apreciación que los analistas
asocian a una suma de factores, entre ellos la especulación, la
falta de confianza en la buena marcha de la recuperación económica
de Estados Unidos y la debilidad del dólar.
Los contratos de plata para diciembre también se encuentran por
parecidos motivos en máximos de 30 años, sobre los 22 dólares la
onza.
Las bolsas cerraron la semana con pérdidas, desde las tres
décimas de Wall Street (Dow Jones) al 2,6% del IBEX 35 español,
aunque el balance de los tres últimos meses es altamente positivo
para la mayoría: 11,8% de la neoyorquina al 15,6% de la londinense o
el 14,3% de São Paulo.
El crudo tuvo una semana de fuerte subida, por encima del 6%, que
dejó el "WTI" de Texas en 81,58 dólares por barril y el Brent a
83,75 dólares. El de la Opep subió menos, a 77,48 dólares. EFE