Washington, 23 feb (EFE).- El presidente de ventas de Toyota en
EE.UU., James Lentz, ofreció hoy ante el Congreso de Estados Unidos
un "mea culpa" por la lenta respuesta a los problemas de sus
vehículos y reiteró que la empresa busca "recuperar la confianza" de
los consumidores.
"En meses recientes no hemos cumplido con las máximas normas (de
calidad) que nuestros clientes y el público esperan de Toyota.
Simplemente nos ha tomado mucho tiempo hacer frente a una rara pero
grave serie de asuntos de seguridad", dijo Lentz en su testimonio
ante el subcomité de Supervisión e Investigaciones de la Cámara de
Representantes.
Tanto Lentz como el secretario de Transporte de EE.UU., Ray
LaHood, acudieron hoy a la audiencia del subcomité para rendir
cuentas sobre los problemas de aceleración en los vehículos de
Toyota, y la respuesta del Gobierno federal.
La empresa japonesa ha llamado a revisión a 8,5 millones de
vehículos en todo el mundo debido a problemas de aceleración y del
sistema de frenos en varios modelos, y por ello es objeto de varias
audiencias en el Congreso y de sendas investigaciones federales.
Según Lentz, los 1.500 concesionarios de Toyota en EE.UU.
"realizan esfuerzos extraordinarios" para completar "lo más pronto
posible" las reparaciones en los vehículos afectados.
Algunos concesionarios trabajan las 24 horas del día todos los
días y reparan "cerca de 50.000" vehículos a diario y, hasta la
fecha, se han reparado cerca de un millón de coches, precisó Lentz.
Según Lentz, se han detectado dos causas mecánicas: una está
relacionada con la alfombrilla del lado del conductor en la que el
acelerador puede atascarse, y otra tiene que ver con los propios
aceleradores, que con su desgaste pueden hacer lo mismo.
Aseguró que, con las reparaciones "eficaces y durables" que ha
desarrollado la empresa, "los vehículos de Toyota estarán entre los
más seguros en las carreteras".
Lentz afirmó que no hay problemas en el sistema de controles
electrónicos en los vehículos, pero el secretario de Transporte de
EE.UU. insistió en que la empresa no debe descartar esa posibilidad.
En ese sentido, LaHood dijo en su testimonio que el departamento
de Transporte intenta determinar si hubo o no problemas electrónicos
que pudieron haber contribuido al problema de aceleración.
Por ahora no hay indicios concretos sobre ese posible vínculo,
pero si la Administración Nacional para la Seguridad en las
Carreteras (NHTSA, por su sigla en inglés) detecta un problema, "nos
aseguraremos de que se resuelva", prometió LaHood.
En la audiencia, el presidente del subcomité, el demócrata Bart
Stupak, no tuvo miramientos y acusó a Toyota de hacer caso omiso a
las quejas de los clientes sólo para "ahorrar 100 millones de
dólares al negociar una llamada a revisión limitada".
Stupak incluso acusó a la empresa de "engañar al público
estadounidense", al señalar que los ejecutivos de Toyota alegan que
se enteraron del problema de aceleración en octubre de 2009 "cuando,
de hecho, recibieron numerosas quejas muchos meses y años antes".
El testimonio más anticipado en esta serie de audiencias del
Congreso será, sin duda, el del propio presidente mundial de Toyota,
Akio Toyoda, mañana miércoles ante el Comité de Supervisión y
Reforma Gubernamental de la cámara baja. EFE