Fernando Puchol
Londres, 30 sep (EFE).- El esperado relevo al frente de BP se
producirá oficialmente este viernes con la marcha del británico Tony
Hayward, demonizado en EEUU por su gestión del vertido en el Golfo
de México, y la llegada del estadounidense Robert Dudley, que en los
últimos meses dirigió las tareas de limpieza en la zona afectada.
Hayward, de 53 años, ocupa la máxima responsabilidad ejecutiva de
BP desde mayo de 2007 y dirigió los primeros esfuerzos para hacer
frente a la catástrofe ecológica, que estuvo cerca de enfriar las
relaciones entre Washington y Londres por la virulencia de los
ataques contra la petrolera británica desde Estados Unidos.
Hayward fue criticado no sólo por la lentitud para detener el
vertido, sino por la aparente imagen de indiferencia que mostró
públicamente hacia el drama que suponía la contaminación de crudo
para miles de personas en la costa sur de Estados Unidos.
El jefe de gabinete de la Casa Blanca, Rahm Emanuel, le criticó
en junio con dureza por asistir a una regata mientras seguían
fluyendo miles de litros de crudo en aguas del Golfo de México.
"Creo que podemos llegar a la conclusión de que Tony Hayward no
va a tener una segunda carrera profesional como especialista en
relaciones públicas. Este se añade a una larga lista de
equivocaciones", dijo Emanuel en una entrevista.
Su marcha le supondrá a BP el pago de una indemnización de un
millón de libras (unos 1,17 millones de euros) al directivo, quien,
cuando se anunció a finales de julio su relevo, aseguró que la
explosión en el golfo de México fue una tragedia terrible sobre la
que "siempre" sentirá "una profunda responsabilidad".
A partir de ahora, Dudley, de 55 años, afronta la tarea de
recuperar la reputación del gigante petrolero británico tras la
explosión en abril de la plataforma Deepwater Horizon, que causó
graves daños ecológicos, y fijar una nueva estrategia empresarial.
Su nombramiento como sucesor de Hayward no fue casual, ya que la
figura de este empresario nacido y criado en Misisipi, ayudó a
calmar a la opinión pública y a los medios estadounidenses frente a
lo que consideraban negligencia y desconsideración por parte de BP.
No obstante, la imagen de BP en Estados Unidos sigue por los
suelos, lo que son malas noticias para la compañía, que antes del
accidente consideraba uno de sus principales intereses estratégicos
la exploración de crudo en aguas profundas del Golfo.
De hecho, Estados Unidos representa el 26 por ciento de la
producción diaria de BP, con la extracción de 4 millones de barriles
de petróleo y gas, siendo el mayor operador en este país y la firma
que mayor número licencias de explotación ostenta.
Por lo tanto, la decisión del presidente estadounidense, Barack
Obama, de aprobar una moratoria en la exploración de crudo en aguas
profundas fue un duro golpe para la petrolera, que además ha tenido
que afrontar el pago de cuantiosas indemnizaciones y de la limpieza
del vertido, lo que ha cuestionado su apuesta por EEUU.
Algunos inversores de BP han sugerido que el entorno es muy
arriesgado en Estados Unidos para la firma y que por lo tanto
debería reducir temporalmente su presencia, potenciando los negocios
en otras áreas como Rusia, Angola o Azerbaiyán.
BP ha anunciado que planea desviar hasta 30.000 millones de
dólares en activos para financiar la limpieza del Golfo de México y
otros 20.000 millones de dólares para las indemnizaciones.
Dudley anunció este miércoles los planes para crear una nueva
división de seguridad con "amplios poderes" tras el vertido en el
Golfo de México, en el marco de una extensa reestructuración
destinada a restablecer la confianza en la empresa.
El nuevo consejero delegado impulsará una reorganización del área
de exploración, que supondrá la renuncia del actual responsable,
Andy Inglis, al frente de las operaciones de BP en el golfo de
México cuando se produjo la explosión en la plataforma.
Según señaló el nuevo consejero delegado, lo más urgente en estos
momentos es la gestión de la seguridad y el riesgo, para recuperar
así la confianza de los clientes, Gobiernos y empleados.
El pozo petrolero Macondo, donde se originó la explosión, fue
declarado extinguido hace unos días por las autoridades
estadounidenses, tras derramar casi cinco millones de barriles de
crudo al mar durante cinco meses en la peor catástrofe ecológica de
los Estados Unidos y costar la vida a once personas.
BP sufrió unas pérdidas multimillonarias en el segundo trimestre
del año (17.000 millones de dólares o 13.000 millones de euros) a
consecuencia de los gastos derivados del vertido de crudo,
catástrofe sobre la que la petrolera británica ha negado en todo
momento haber actuado con negligencia. EFE