Bruselas, 18 oct (EFE).- Los países de la Unión Europea se
encuentran muy cerca de un acuerdo sobre la primera parte del
paquete de medidas destinadas a establecer una nueva arquitectura de
supervisión financiera que evite la repetición de la crisis vivida
este último año.
La Presidencia de turno sueca de la UE pretende alcanzar un
principio de acuerdo el próximo martes, en Luxemburgo, entre los
ministros de Economía y Finanzas sobre la creación de la llamada
Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS).
La función de este nuevo órgano es detectar los riesgos que
amenacen al sistema financiero en su conjunto y tendrá la capacidad
de emitir alertas -por lo general, no públicas- que permitan a las
autoridades, nacionales y europeas, adoptar cuanto antes las medidas
necesarias.
En otoño de 2008 los gobiernos europeos tuvieron que inyectar, de
prisa y corriendo, miles de millones de euros a los bancos para
salvarlos de una quiebra generalizada que los supervisores no
supieron o pudieron prever.
Las primeras propuestas legislativas concretas, presentadas por
la Comisión de la UE el pasado 23 de septiembre, pretenden subsanar
la fragmentación en sistemas nacionales que dificulta la supervisión
de las entidades financieras activas en el mercado interior europeo.
Además de una Junta encargada de la supervisión macroprudencial,
la Comisión ha propuesto el establecimiento de un Sistema Europeo de
Supervisores Financieros (SESF), responsable de la supervisión
microprudencial.
El SESF asociará a los supervisores nacionales y a tres nuevas
autoridades comunitarias de supervisión -creadas a partir de otros
tantos comités ya existentes- para los sectores de banca; mercados y
valores; y seguros y pensiones de jubilación, respectivamente.
Fuentes diplomáticas han confirmado esta semana que los trabajos
técnicos sobre estas propuestas "han ido rápido", y el Consejo
Ecofín podría alcanzar el martes un acuerdo sobre la orientación
general.
La nueva legislación debe pasar, en cualquier caso, por el
Parlamento Europeo, que tiene capacidad para enmendarlas
(codecisión).
La JERS tendrá la facultad de dirigir recomendaciones y alertas a
los estados miembros (incluidos los supervisores nacionales) y a las
tres autoridades europeas de supervisión, que deberán atenerse a las
mismas o, en caso contrario, explicar los motivos.
Participarán en la JERS las máximas autoridades del Banco Central
Europeo, los bancos centrales nacionales, las autoridades europeas
de supervisión y los supervisores nacionales.
Las dos últimas cuestiones en suspenso en relación con la JERS
tienen que ver, por un lado, con el sistema de mayorías necesarias
para decidir una alerta y emitir una recomendación y, por otro, con
quién debe ser el destinatario o destinatarios de sus dictámenes.
La presidencia sueca ha propuesto que la Junta decida sus alertas
por simple mayoría pero emita sus recomendaciones por mayoría
cualificada de dos tercios de los votos.
Alemania prefiere, por el contrario, que la mayoría cualificada
se aplique tanto para las alertas como para las recomendaciones.
Ya parece resuelta, por otro lado, la cuestión de saber quién
debe ser el destinatario de sus avisos: se enviarán,
simultáneamente, al interesado y al Consejo Ecofín.
En cuanto a la composición del comité de dirección que se
encargará de preparar los trabajos de la Junta, la mayoría se
inclina por ampliar a cinco el número de representantes del Banco
central Europeo (BCE). EFE