Madrid, 17 may (EFE).- El euro nació 1 de enero de 1999, al
sumarse a la moneda única europea once países, que debían sustituir
sus monedas nacionales por la nueva divisa, a la que años después se
sumaron otras cinco naciones fuera de la llamada zona del euro.
Un día antes de esa fecha, los ministros de Finanzas aprobaron
los tipos de cambio irrevocables entre la moneda única y cada una de
las divisas de los once países que inicialmente accedieron a la
tercera fase de la Unión Económica y Monetaria (Grecia se incorporó
el 1 de enero de 2001).
Desde entonces, un euro (€) equivale a 166,386 pesetas, 40,3399
francos belgas, 1,95583 marcos alemanes, 6,55957 francos franceses,
0,787564 libras irlandesas, 1.936,27 liras, 40,3399 francos
luxemburgueses, 2,20371 florines holandeses, 13,7603 chelines
austriacos, 200,482 escudos portugueses, 5,94573 marcos finlandeses
y 340,75 dracmas griegos.
El Banco Central Europeo (BCE) fija todos los días un tipo de
cambio oficial entre el euro y el resto de divisas, en función de la
evolución de la cotización en el mercado. El primer cambio frente al
dólar fue de 1,16675 dólares y con este valor comenzó a negociarse
en los mercados el 4 de enero de 1999.
Durante los dos primeros años de vida del euro, la divisa única
sufrió una lenta y constante depreciación frente al dólar que los
expertos achacaron al diferente ritmo económico de las economías
europeas y estadounidense y al diferencial de tipos de interés,
favorable al dólar, situación que se invirtió a partir de 2003.
Para evitar el recalentamiento de su economía, la Reserva Federal
de EEUU (FED) elevó los tipos en el periodo 1999-2000 seis veces,
hasta el 6,5 por ciento, mientras que el BCE, centrado en cumplir su
objetivo de control de la inflación, modificó los tipos en ocho
ocasiones pero de forma menos brusca (del 2,5 al 4,75 por ciento).
A pesar de las declaraciones de apoyo de los dirigentes de
diversas instituciones y dirigentes europeos y de las intervenciones
del BCE para sostener el cambio de la divisa en otoño de 2000,
durante sus dos primeros años de vida el euro se depreció un 12,8
por ciento, cifra que se elevó al 30 por ciento si tomamos como
referencia sus valores máximo y mínimo.
La crisis económica, abierta en abril de 2000 con el estallido de
la burbuja tecnológica, resultó ser más profunda de lo que en un
principio previeron los analistas y se agravó como consecuencia de
episodios como los atentados contra de Nueva York y Washington, en
septiembre de 2001, y los escándalos contables de las grandes
corporaciones estadounidenses.
Desde 2001 la política monetaria de los dos bancos centrales se
invirtió, aunque una vez más la FED, con funciones más amplias para
fomentar el crecimiento de la economía, actuó de forma más rápida.
En 2001 redujo el tipo de interés once veces, cuatro de ellas
después de los atentados del 11-S, hasta dejarlo en el 1,75 por
ciento.
Por su parte, el BCE bajó el interés en la zona euro del 4,75 al
3,25 por ciento en el mismo periodo.
Tras caer durante los nueve primeros meses del año, la moneda
europea inició una lenta recuperación que se consolidó durante 2002
y que alcanzó sus niveles máximos en enero de 2004.
A lo largo de 2001 el euro se movió entre los 0,85-0,95 dólares.
En julio de 2002 recuperó la paridad por primera vez en más de dos
años y el 26 de mayo de 2003 superó la barrera de los 1,19 dólares
por primera vez.
Dos nuevas reducciones de tipos en EEUU en 2002 y 2003, que
situaron el precio del dinero en el 1 por ciento, el más bajo de los
últimos 45 años y la mitad que en la eurozona, la persistencia de la
crisis y los desequilibrios de su economía son los factores que
explican la caída del dólar, que se depreció más de un 39 por ciento
entre enero de 2002 y diciembre de 2003.
La fortaleza de la divisa europea, que marcó su máximo histórico
hasta entonces al cotizar a 1,367 dólares el 30 de diciembre de
2004, generó preocupación en Europa porque perjudicaba las
exportaciones y podía retrasar la recuperación económica.
Sin embargo, en el primer trimestre de 2005, el dólar registró el
mayor avance frente al euro desde 2001, con una revalorización del
4,4%.
Pero el euro comenzó pronto a recuperar terreno y la crisis del
mercado hipotecario en Estados Unidos le llevó a nuevos máximos
históricos en julio de 2007, que batió sucesivamente en los meses
siguientes, hasta alcanzar su cotización máxima en julio de 2008,
por encima de 1,60 dólares.
Desde ahí la cotización del euro inició un lento descenso que le
ha llevado a alcanzar en los últimos días sus valores mínimos desde
2006, por debajo de la barrera de 1,23. EFE