Nueva York, 25 ago (EFE).- El servicio tributario estadounidense
reclama a un joven español que vivió un año en Nueva York 172
millones de dólares relativos a los negocios bursátiles en los que
invirtió durante su estancia en EEUU y que no declaró.
Marcos Esparza, natural de Barcelona y que probó suerte en la
Gran Manzana como especulador bursátil, debe esa astronómica cifra
por no informar al fisco estadounidense sobre el resultado de sus
transacciones, según el documento que se le ha enviado a él y que
publica hoy la web The Smoking Gun.
La agencia tributaria de este país, llamada Servicio de Rentas
Internas (IRS, por sus siglas en inglés), hizo llegar su cuantiosa
factura, cuya cifra total asciende a 172.101.056,48 dólares, al
domicilio donde el veinteañero residía en Nueva York. Uno de sus ex
compañeros de piso abrió la carta y se comunicó con el español.
"¿Qué es el IRS?", preguntó Esparza al conocer la noticia, según
recoge hoy el diario Daily News, que detalla que al no recibir el
servicio tributario la declaración de impuestos pertinente, se
consideró que todas las operaciones bursátiles que éste realizó
reportaron un beneficio de 500 millones de dólares para el español.
En los casos de los especuladores bursátiles que no declaran sus
operaciones, el fisco estadounidense considera que han obtenido un
beneficio del cien por cien de sus inversiones.
Los amigos que Esparza aún tiene en Nueva York se sorprendieron
de la noticia, ya que, según explicó uno de ellos, Adam Baruchowitz,
al Daily News, el español llevaba una vida muy sencilla en la Gran
Manzana, hasta que finalmente tuvo que regresar a Barcelona porque
ni siquiera podía pagar el alquiler.
"Definitivamente no era una de esas personas que ganan 500
millones de dólares al año", explicó Baruchowitz, quien detalló que
la vida de Esparza en Nueva York era "muy modesta" y tildó de
"ridículo" que el fisco le reclame ahora esa cantidad.
Esparza asegura estar sorprendido y no entender lo que le está
ocurriendo, según detalla el diario neoyorquino, que ha consultado
la situación a un contable de Nueva York y determina que la solución
para los problemas del español es presentar una declaración adecuada
de impuestos que podría acabar con su enorme deuda. EFE