César Muñoz Acebes
Washington, 10 may (EFE).- El Fondo Monetario Internacional (FMI)
aclaró hoy que los países que accedan a la ayuda de estabilización
anunciada por la Unión Europea tendrán que aceptar un programa de
ajuste fiscal supervisado por la entidad.
Para remediar la falta de disciplina presupuestaria de los
miembros de la zona euro, los líderes europeos han colocado al
organismo al timón del nuevo fondo, para el cual podrían movilizar
750.000 millones de euros (unos 955.000 millones de dólares)
"Estamos preparados para respaldar los programas de ajuste y de
recuperación específicos de nuestros miembros europeos mediante el
diseño y la supervisión de las medidas económicas, además de con
asistencia financiera", explicó el director gerente del FMI,
Dominique Strauss-Kahn.
"Nuestra contribución será país por país", añadió.
Cualquier nación que sea azotada por los mercados y se vea con
dificultades para obtener dinero a unas tasas asequibles tendrá que
firmar un acuerdo crediticio con el FMI, tras lo cual recibirá ayuda
de Europa y la entidad.
En ese pacto se marcarán metas de reducción del déficit y
reformas estructurales que el país deberá cumplir para obtener los
préstamos de forma gradual.
En definitiva, se seguirá el patrón establecido con Grecia, que
se ha comprometido a un paquete de medidas muy duras, que incluye
elevar los impuestos y recortar el gasto público para bajar el
déficit del 13,6% del Producto Interno Bruto (PIB) del 2009 al 2,6%
en el 2014.
Atenas ha prometido además liberalizar su mercado laboral y abrir
a la competencia a sectores protegidos de la economía, medidas que
el FMI también ha recomendado a España, por ejemplo.
El organismo ya había expresado su disposición a prestar dinero a
los Gobiernos europeos que lo necesiten. Lo que el acuerdo alcanzado
en Bruselas en la madrugada de hoy hace es establecer un mecanismo
para la cooperación con Europa y poner moneda sobre la mesa.
Durante los largos meses de negociación del programa con Grecia,
los líderes europeos sopesaron ayudar al país sin colaboración del
FMI, por la señal que enviaba de que Europa era incapaz de resolver
sus propios problemas.
Esa posibilidad está ahora fuera de discusión. Con su anuncio
este lunes, los ministros de la Unión Europea han dicho que están
listos a asistir a Portugal, España o cualquier otra nación que se
encuentre contra la pared, pero que a cambio los Gobiernos tendrán
que cumplir las condiciones del Fondo.
El director del Departamento Europeo en el FMI, Marek Belka,
adelantó hoy en Bruselas que es necesario un endurecimiento de la
"disciplina" en el viejo continente.
"El plan aprobado por la Unión Europea (UE) tiene potencial para
calmar a los mercados, por el momento. Pero no lo consideren una
panacea para los problemas europeos. Esto es una especie de morfina
que estabiliza al enfermo. Pero todavía se necesita una verdadera
cura para el paciente", dijo Belka.
Esa cura pasa, a su juicio, por reducir el elevado déficit
público de algunos Estados miembros y elevar su competitividad.
Precisamente, una delegación de expertos del FMI visitará España
en la segunda mitad de este mes para analizar las medidas del
Gobierno en ambos ámbitos, como parte de la revisión anual de la
economía española, según dijo a Efe un portavoz de la entidad.
Las primas de riesgo de los bonos españoles subieron la semana
pasada a su mayor nivel desde la introducción del euro, lo que llevó
al Gobierno a prometer el domingo que enjugará los números rojos en
15.000 millones de euros adicionales este año y el siguiente.
Hoy la rentabilidad del bono español a 10 años cayó en medio
punto porcentual, hasta el 3,9%, como consecuencia del anuncio de la
creación del fondo europeo y por la compra de deuda pública por
parte de los bancos centrales, otra medida acordada de madrugada.
El FMI insiste en que no tiene negociaciones con España sobre
ningún programa de créditos. EFE