Londres, 21 jun (EFE).- El Gobierno británico de coalición
conservador-liberaldemócrata presentará el martes un presupuesto de
emergencia que incluirá recortes radicales en el gasto público y la
subida o introducción de nuevos impuestos, ha adelantado el ministro
de Economía, George Osborne.
Osborne dijo el fin de semana que la ejecución de estas medidas
de ahorro es fundamental para evitar que el Reino Unido vaya "camino
a la ruina", y se comprometió a ponerlas en práctica para asegurar
la "prosperidad para todos", según la prensa británica.
Entre las iniciativas que se incluirán en el presupuesto,
aprobado el viernes por la coalición, está un nuevo impuesto para
los bancos y el incremento de la tasa sobre los beneficios del
capital no empresarial, lo que afectará a las personas que tengan,
por ejemplo, segundas residencias.
Se da por hecha una subida, del 17,5 al 20 por ciento, del
impuesto sobre el valor añadido (IVA), lo que, según los analistas,
tendría el efecto de reducir el consumo y afectaría sobre todo a las
personas con menos recursos, que gastan una mayor proporción de sus
ingresos en tasas indirectas.
El primer ministro británico, David Cameron, ha dado a entender
además que se tocará el sueldo de los funcionarios, pero aún no se
sabe si se congelará a corto o a largo plazo.
Lo que sí ha confirmado Osborne es que se instaurará una Comisión
independiente de pensiones -encabezada, para sorpresa general, por
un laborista, el ex ministro John Hutton- que deberá examinar cómo
se pueden reducir las pensiones del sector público.
No se descarta tampoco una congelación de las prestaciones
sociales, lo que lógicamente afectaría sobre todo a los desempleados
y a las personas en situación de precariedad.
Entre las "buenas noticias", hay una congelación del impuesto
local sobre la vivienda y, para la empresa, la anulación de la
subida prevista por el anterior Gobierno laborista de la cotización
a la seguridad social.
También se prevé que el Ejecutivo exima parcialmente del pago de
esa cotización a las nuevas empresas que se formen fuera del sudeste
de Inglaterra, la región donde se encuentra Londres y la más rica
del país.
Sin embargo, como apunta hoy el periódico "Financial Times", este
incentivo al sector privado apenas podrá compensar la pérdida de
poder adquisitivo en esas zonas más pobres del país, donde se
concentra la mayor parte de los trabajos del sector público -el más
perjudicado por los recortes- y el cobro de subsidios.
Es el caso de las regiones de Irlanda del Norte o Gales, cuya
economía depende en gran medida del empleo de la Administración.
Osborne mantiene que los recortes son "inevitables", ya que, sin
ellos, Gran Bretaña, con un déficit que asciende a 155.000 millones
de libras (186.000 euros), afronta "tipos de interés más altos,
aumento del desempleo y un declive de la calidad de vida".
Sin embargo, el que fuera ministro de Economía con el Gobierno de
Gordon Brown, Alistair Darling, opina que los recortes propuestos no
son imprescindibles y están "ideológicamente motivados", al ser uno
de los principales objetivos históricos del Partido Conservador
reducir el papel del Estado.
Darling, como otros laboristas, también acusa a los Liberal
Demócratas de Nick Clegg de violar sus propios principios al apoyar
unos recortes destinados a reducir el déficit a corto plazo, pero
que, como han advertido los economistas, tendrán el efecto de frenar
el crecimiento y pueden hacer aumentar el desempleo.
Mientras los sindicatos británicos han criticado al Gobierno por
anteponer el ahorro al estímulo económico, la patronal británica ha
pedido al primer ministro que dificulte la convocatoria de huelgas,
con vistas a los conflictos sociales que se avecinan.
Osborne presentará el Presupuesto ante la Cámara de los Comunes a
las 11:30 GMT, y después seguirá un debate de varias horas antes de
su aprobación. EFE