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Londres, 30 mar (EFE).- El Gobierno irlandés anunció un
macro-plan de rescate bancario, que incluirá nacionalizaciones y
recapitalizaciones de importantes entidades financieras, con el
objetivo de sanear de manera definitiva las cuentas del país.
El anuncio lo hizo ante el Parlamento el ministro de Finanzas,
Brian Lenihan, que enumeró las medidas que se aplicarán en las
próximas semanas para hacer borrón y cuenta nueva en la banca y en
las entidades financieras relacionadas con el sector inmobiliario.
Como medida más inmediata, el Allied Irish Bank (AIB), uno de los
principales bancos de Irlanda, tendrá que aportar 7.400 millones de
euros antes de finales de abril o afrontar la nacionalización en el
marco de un plan gubernamental para sanear el sector.
Si no consigue hacerse con capital privado, el AIB se verá
obligado a vender parte de sus activos en EEUU, el Reino Unido y
Polonia para tapar el agujero en sus cuentas, y aún así el Estado
podría convertirse en el accionista mayoritario.
En una serie de anuncios, que fueron bautizados por la prensa
local como "Martes de rescate", el Gobierno irlandés reveló también
que inyectará 18.000 millones de euros adicionales en el Anglo-Irish
Bank, nacionalizado desde el año pasado al verse al borde de la
bancarrota por la crisis de las hipotecas basura ("subprime").
Lenihan explicó que recuperar este banco de ahorros, convertido
en un símbolo de la caída del llamado "Tigre Celta" -en referencia a
la pujanza económica irlandesa previa a la crisis-, podría tener un
coste final para los contribuyentes de 100.000 millones de euros.
"Esto es difícil de digerir, pero sólo los contribuyentes pueden
aportar el capital. Es la menos mala de las opciones", manifestó el
responsable de Finanzas en declaraciones a la prensa.
Más de 8.000 millones de euros serán entregados al banco esta
misma semana, y otros 10.000 millones en los próximos años.
Esta operación de limpieza a fondo del sistema financiero
irlandés incluye también la decisión de la Agencia Nacional de
Gestión de Activos (NAMA, en sus siglas en inglés) de hacerse cargo
de más de 1.200 "créditos tóxicos" individuales de los libros de
cuentas de cinco entidades antes de que termine esta semana: Bank of
Ireland, AIB, Anglo Irish, Irish Nationwide y EBS.
Se creará para ello un "banco malo" con dinero del Estado, que
pagará 8.500 millones de euros por estos préstamos -valorados en
16.000 millones de euros-, con el objetivo de que la banca minorista
pueda reanudar el crédito a los particulares y a las pequeñas
empresas, algo que no está ocurriendo en estos momentos.
Estos préstamos son sólo la primera parte de las "deudas tóxicas"
-la mayoría de ellas en manos de constructores y especuladores- de
las que se hará cargo la NAMA, que tiene previsto asumir créditos de
estas características por un valor total de 81.000 millones de euros
antes de febrero de 2011, fecha límite impuesta por Bruselas.
El Bank of Ireland comunico al Gobierno que confía en recaudar
los 2.700 millones necesarios para reactivar sus reservas de
efectivo antes de finales de año, mientras que la sociedad
constructora Irish Nationwide será vendida o se fusionará con otra
institución, ya que no será viable en el momento en que transfiera
sus 9.000 millones en "deudas tóxicas" a la NAMA.
El Estado irlandés ya es el propietario de 25 por ciento de AIB,
del 16 por ciento del Bank of Ireland y del 100 por cien del Anglo
Irish Bank, después de que el año pasado saliera al rescate de estas
tres entidades con una partida de 11.000 millones de euros.
Ante el Parlamento, Lenihan admitió que el sistema de regulación
bancario "falló de manera pésima" y culpó de la crisis y de las
"horribles pérdidas" para el Estado a los directivos bancarios.
"A cada vuelta de tuerca, nuestros peores temores se han visto
superados. Algunas instituciones -dijo- estaban peor que otras, pero
el hecho es que nuestro sistema bancario, en mayor o menor medida,
se implicó en préstamos de desarrollo inmobiliario irresponsables".
La oposición política atacó con dureza al Gobierno de Dublín y le
acusó de connivencia con los bancos cuando todo parecía ir bien.
El líder del laborismo irlandés, Eamon Gilmore, afirmó que la
operación de limpieza del sector costará en total a los irlandeses
40.000 millones de euros, o lo que es lo mismo 26.000 euros por
ciudadano, una cifra que hubiera servido, por ejemplo, para pagar
las pensiones no contributivas durante 40 años.
En una declaración posterior, el primer ministro, Brian Cowen,
dijo que el Gobierno "ha presentado la respuesta que es necesaria
para garantizar que tenemos un sistema bancario en este país que
facilita los medios para una recuperación económica". EFE