Caracas, 21 ago (EFE).- El Gobierno venezolano se enfrenta a un
descontento laboral en sectores "estratégicos" como el petrolero e
industrias básicas, y otros de servicios como la salud que, según
indicaron hoy a Efe analistas locales, podría incrementarse en el
corto plazo.
Diversos movimientos sindicales, tanto opositores como afectos al
Gobierno de Hugo Chávez, han salido a manifestar en las últimas
semanas su exigencia de que sea cumplido lo establecido en los
contratos colectivos o que sean renovados, ya que algunos, como el
petrolero, se encuentra vencidos.
El descontento laboral se registra en medio de una complicada
coyuntura económica en Venezuela, derivada del derrumbe de los
precios del petróleo, el principal producto de exportación del país,
que ha obligado al Gobierno a cerrar el grifo financiero y a reducir
el gasto público.
El ministro de Finanzas, Alí Rodríguez, quien reconoció que los
ingresos venezolanos se han reducido a la mitad este año, reiteró
ayer que el Gobierno estudia aplicar medidas "bien coherentes" para
frenar la caída de la economía, que se contrajo el segundo trimestre
de este año (-2,4%) por primera vez en cinco años.
Por su parte, José Guerra, economista y ex directivo del Banco
Central de Venezuela (BCV-emisor), vaticinó "un aumento de la
conflictividad laboral en el mediano plazo", en entrevista
telefónica con Efe.
A juicio del experto, muy crítico del Gobierno, "la fuerza de los
hechos" llevará a los sindicatos tanto afectos como opuestos a la
"revolución" a unirse para que sean respetados sus derechos.
Esta semana, trabajadores de la salud marcharon en Caracas para
reclamar el cumplimiento del contrato colectivo y exigir mayor
inversión en los hospitales públicos.
Al mismo tiempo, continuaba la conflictividad en la estatal
Ferrominera del Orinoco, en el sureño estado de Bolívar, tras casi
dos semanas de huelga de al menos un tercio de la nómina, en reclamo
del pago de deudas salariales y de la dotación de insumos para la
producción, según portavoces sindicales.
El presidente de Ferrominera, Radwan Sabbagh, aseguró este jueves
que finalizó el paro que mantenía un grupo de trabajadores de la
empresa, la cual ha visto caer en "un 25 por ciento sus ingresos"
este año.
Por su parte, el líder sindical de la acería Rubén González
reafirmó este viernes que cerca de 2.100 trabajadores continúan
"parados en protesta por el incumplimiento del contrato colectivo".
Pero otro líder sindical de Ferrominera, Alfredo Spooner,
identificado con el oficialismo, acusó a González de agitador y
repudió que su colega haya asumido esa posición cuando el Gobierno
se ha comprometido a saldar sus deudas con el sector.
Por su parte, el presidente Chávez ha dicho que su Gobierno "es
obrerista" pero ha exigido un comportamiento "socialista" a los
trabajadores, a cuya directiva sindical ha criticado por presentar
exigencias que, a su juicio, "rayan en lo obsceno".
En un acto público en región de la Guayana venezolana, donde
están asentadas las empresas básicas, Chávez señaló en mayo pasado
que consideraría toda huelga en los sectores "estratégicos" como
acto de "sabotaje".
"El que pare aquí una empresa del Estado se está metiendo
conmigo. Eso es sabotaje y no lo voy a tolerar", advirtió el
mandatario, que también ha pedido "paciencia" a los trabajadores
porque el Gobierno hace "hasta donde puede".
En la neurálgica industria petrolera, también se viven tensiones
laborales producto de la discusión del contrato colectivo, que no se
ha renovado debido a que los numerosos sindicatos de la industria no
han elegido a sus nuevos dirigentes.
En la estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) hacen vida cerca
de un centenar de sindicatos, que abarcan buena parte de los 80.000
empleados de la empresa, que aporta al menos el 80% de las divisas
que ingresan al país.
Desde Sinutrapetrol, sindicato del sector afecto al oficialismo,
se ha criticado el "hermetismo" de PDVSA frente los problemas de los
trabajadores, que ha generado una "serie de descontentos".
"Debemos instalar ya las mesas de negociación (del convenio
colectivo), porque está vencido desde enero de 2009, con la
consiguiente pérdida salarial para los trabajadores", dijo a Efe el
presidente de Sinutrapetrol, Raúl Párica.
Párica alertó que de no solucionarse prontamente el conflicto
laboral, se verían obligados a tomar "medidas contundentes", que
podrían incluir una paralización de actividades.
Por su parte, el Frente de Trabajadores Socialistas (FTS), la
principal organización obrera afín al Gobierno, ha pedido a los
"obreros que se han dejado confundir" no abandonar al presidente
Chávez. EFE