Tokio, 7 ene (EFE).- El nuevo ministro de Finanzas japonés, Naoto
Kan, dijo hoy que apuesta por un yen más débil para contribuir a la
recuperación de la segunda economía mundial y aseguró que trabajará
conjuntamente con el Banco de Japón (BOJ) con este objetivo.
En su primera rueda de prensa como nuevo titular de Finanzas en
sustitución de Hirohisha Fujii, aquejado de problemas de salud, Kan
aseguró que el yen debe situarse a un "nivel apropiado", según
informó la agencia local Kyodo.
Kan, que compaginará su nuevo cargo con el de viceprimer
ministro, aseguró que la mayoría de los empresarios japoneses
consideran aceptable que el cambio dólar-yen se sitúe en el entorno
de las 95 unidades, después de caer a la banda de los 84 yenes en
noviembre, su nivel más bajo en catorce años.
"El yen se ha estado debilitando desde el shock en Dubai, aunque
espero que baje un poco más", dijo Kan en su presentación ante la
prensa como el nuevo jefe de Finanzas de Japón, al que algunos
analistas critican por su inexperiencia.
Es inusual que un miembro del Ejecutivo haga comentarios sobre
los niveles adecuados del yen en el mercado de divisas.
Un yen débil beneficia a las empresas exportadoras japonesas a la
hora de repatriar sus beneficios y competir en los mercados
exteriores.
El yen subió hoy levemente en Tokio frente al dólar coincidiendo
con las declaraciones de Kan y se situó en las 92,78 unidades.
Kan, de 63 años, cederá su puesto en la cartera de estrategia
nacional, una importante agencia creada por el Ejecutivo para
revisar el procedimiento presupuestario y definir las prioridades de
gasto.
Hatoyama ha confiado en Kan debido a su implicación en el
proyecto presupuestario para el año fiscal 2010, que comienza en
abril, para el que se destinará un montante récord y que deberá ser
aprobado próximamente en la Dieta (Parlamento japonés).
El nuevo ministro de Finanzas tendrá que lidiar con una economía
en deflación y en riesgo de perder el ritmo de crecimiento que
retomó en el segundo trimestre de 2009, así como con una colosal
deuda pública cercana al 200 por ciento del Producto Interior Bruto
(PIB). EFE