Londres, 29 sep (EFE).- El precio de la onza de oro superó hoy la
barrera de 1.300 dólares en el mercado de Londres en su imparable
escalada desde principios de año, periodo en el que el valor del
metal dorado se ha incrementado un 17,4 por ciento.
La cotización de la onza de oro en el London Gold Exchange (LGE)
alcanzó a media mañana de hoy 1.307,5 dólares, un nuevo máximo
histórico que mantiene la tendencia alcista de los últimos meses,
acrecentada de manera especial durante septiembre.
En lo que va de mes, el oro ha subido un 4,6 por ciento y ha
alcanzado cifras récord durante cinco días consecutivos en las
últimas fechas, con sólo un pequeño retroceso el martes.
El oro se revalorizó especialmente entre mayo y junio, impulsado
por los indicios de que bancos centrales como los de Rusia y varios
países asiáticos se convertirán este año en compradores netos del
metal precioso después de dos décadas de ventas.
A principios de año, la onza de oro al contado se pagaba en
Londres a 1.113 dólares (un 17,4 por ciento menos) y hace un año, el
29 de septiembre de 2009, a 991,75 (un 31,8 por ciento menos).
En octubre de 2008, cuando estalló la crisis financiera que
arrastró a la economía mundial a la peor recesión desde la II Guerra
Mundial, una onza de oro costaba 692,5 dólares (un 88% menos que
hoy) y desde entonces ha sido uno de los principales valores
"refugio" para los inversores institucionales y privados.
Con una mayor perspectiva, hace una década, se percibe mejor el
gran beneficio a largo plazo que ha generado esta materia prima,
desde 258 dólares que costaba la onza al contado en 2000 a más de
1.300 actuales (una revalorización del 406%).
Los primeros datos positivos de crecimiento económico de las
principales economías del mundo frenaron inicialmente la subida de
los precios del oro a mediados de este año, pero con las dudas
generadas por la solidez de la recuperación y el temor a una nueva
recesión se recuperó la tendencia alcista.
La falta de confianza de los inversores en la economía mundial y
en el efecto de las políticas monetarias de los grandes bancos
centrales son las principales causas de que los inversores busquen
refugio en valores como el oro.
La debilidad del dólar estadounidense, divisa en la que se
negocia este metal, también ha contribuido a multiplicar el
atractivo de esta inversión, así como la gran demanda de
particulares en las dos grandes economías emergentes: China e India.
El optimismo, y casi el triunfalismo, es generalizado en el
sector, como quedó patente en la reciente asamblea anual en Berlín
de la London Bullion Market Association (LBMA), que reúne a los
miembros de los mercados de metales preciosos.
La mayoría de los asistentes a esta conferencia coincidieron en
que el precio de la onza de oro alcanzará 1.450 dólares en 2011.
La LBMA, que representa al mercado mayorista de los lingotes de
oro y plata, con una clientela que incluye a la mayoría de los
bancos centrales con reservas de oro, productores, fabricantes y
refinadores, predijo el año pasado que la onza del metal dorado
estaría a estas alturas en 1.182,50 dólares, pero se quedó corta.
"Es muy difícil ser pesimista (sobre el precio del oro) a corto
plazo. En la peor de las situaciones, soy neutral", manifestó al
"Financial Times" Kevin Crisp, director ejecutivo de Mitsubishi,
empresa que comercia con oro, y presidente de la LMBA.
"El grado de incertidumbre en este momento justifica el interés
hacia el oro", declaró John Reade, vicepresidente principal de
Paulson, gestora de fondos alternativos que ganó miles de millones
tras la crisis financiera mundial de 2008 y que ahora está comprando
lingotes, convencida del gran beneficio potencial del oro.
En mayo, el Consejo Mundial del Oro (WGC) también pronóstico una
escalada sostenida del precio del oro al menos hasta final de 2010,
impulsada por el alza de la demanda de joyería en China y la India y
el aumento de la inversión en esta materia prima en Europa y EEUU.
El WGC recordó que la inversión en oro es una apuesta segura,
especialmente en el contexto actual de inestabilidad económica, de
riesgo soberano y de amenaza de una segunda recaída en la recesión.
El director ejecutivo del WGC, Aram Shishmanian, manifestó
entonces que "ante las amenazas sobre la recuperación por los
niveles de deuda de las economías occidentales y la depreciación del
dólar y de los valores de renta variable, la perspectiva del oro
como un valor líquido, activo fiable y fuente de riqueza es
favorable".
Hasta ahora, la única voz discordante de peso en torno a la
evolución futura del oro ha sido la del magnate George Soros, quien
recientemente advirtió en una entrevista con la agencia Reuters de
que la próxima burbuja económica que estallará será la del oro. EFE