Estrasburgo (Francia), 22 sep (EFE).- El Parlamento Europeo
aprobó hoy un nuevo sistema de supervisión financiera común, con el
que la Unión Europea pretende detectar a tiempo la eclosión de
grandes riesgos para el sistema financiero y evitar prácticas
abusivas del sector que desemboquen en una nueva crisis.
La Eurocámara respaldó por una amplia mayoría la reforma, que
supone la creación de tres nuevas autoridades europeas de vigilancia
de los bancos, las aseguradoras y los mercados, y que ha sido
posible después de que el PE y los Veintisiete llegaran a un acuerdo
al respecto tras el receso vacacional.
El presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy,
defendió hoy la nueva arquitectura de supervisión, que forma parte
de las medidas adoptadas hasta ahora para hacer frente a futuras
crisis y que, a su juicio, constituyen "el gran logro" de la UE
desde que entró en vigor el Tratado de Lisboa, hace ocho meses.
"Nuestros esfuerzos están dando ya frutos", apuntó Van Rompuy.
El eurodiputado socialista español, Antolín Sánchez Presedo, por
su parte, destacó que "la supervisión europea pone los cimientos
para una reforma completa, profunda y creíble", después de que "la
presente crisis ratificara la insuficiencia del mercado y las
soluciones de base nacional".
El pasado 2 de septiembre, tras superar escollos que parecían
insalvables, el PE, representantes de la presidencia belga y la
Comisión Europea llegaron al acuerdo que ahora ha confirmado la
cámara y con el que los Veintisiete avanzan en la consecución de los
compromisos adquiridos en el G20 durante la crisis.
En este sentido, el comisario de Mercado Interior y Servicios
Financieros, Michel Barnier, aseguró hoy que la nueva regulación
equipara a Europa con Estados Unidos y explicó que el marco de
supervisión es sólo una de las iniciativas que prepara para evitar
futuras crisis y lograr que Europa sea el modelo a imitar a este
respecto.
Según lo aprobado hoy, la supervisión continuará siendo una
competencia eminentemente nacional y los gobiernos tendrán la última
palabra a la hora de emplear su dinero en salvar a un banco de la
quiebra, pero se crea un marco de vigilancia común para situaciones
de emergencia, desacuerdos entre países o incumplimiento de la
legalidad europea.
En este sentido, los eurodiputados han logrado que las tres
entidades supervisoras para la banca, los seguros y la bolsa puedan
prohibir prácticas de riesgo y tomar decisiones legalmente
vinculantes para las entidades en caso de que la autoridad nacional
esté actuando en contradicción con las leyes comunes.
También quedarán exentas de esa vigilancia nacional las agencias
de calificación de riesgo, cuyo papel ha sido muy criticado durante
la crisis por su influencia en el súbito encarecimiento de la deuda
pública de determinados países de la zona del euro, entre ellos
Grecia, Portugal y España.
Otro de los puntos que levantaba suspicacias durante la
negociación con la Eurocámara era la dirección de la Junta o Consejo
Europeo de Riesgo Sistémico, que será la encargada de vigilar los
riesgos que amenacen a todo el sistema (y no por sectores).
Finalmente, dada la prisa por poner el sistema en funcionamiento,
ésta será ocupada por la dirección del Banco Central Europeo durante
un periodo de cinco años, después del cual se valorará la
conveniencia de pasar a un sistema de elección más democrático.
El eurodiputado de CiU Ramon Tremosa destacó hoy en este sentido
que la reforma supone una ampliación de los poderes del líder del
BCE más allá de la vigilancia de la estabilidad de precios.
Otro asunto candente era la facultad para declarar una situación
de emergencia, que otorgaría automáticamente más poderes a las
autoridades europeas, y que finalmente ha recaído en el Consejo (la
formación que representa a los gobiernos de los veintisiete países
de la UE), pese a la resistencia de la cámara.
Tras la ratificación de hoy por la Eurocámara, está previsto que
la nueva arquitectura financiera común entre en vigor a principios
de 2011 como estaba previsto, más de dos años después del inicio de
la crisis. EFE