Londres, 27 may (EFE).- El presidente del consejo de
administración de Nestlé, el austríaco Peter Brabeck, afirmó hoy que
Europa no tendrá una recuperación económica como la de EEUU, porque
sufre un problema de deuda que tardará años en solucionarse.
"Se pensaba que el problema de Europa era el contagio de la
crisis financiera, pero la realidad es que Europa tiene un problema
sistémico que viene desde hace muchos años, un problema de deuda que
no vamos a solucionar ni en uno, ni en dos, ni en tres años", dijo.
Brabeck concedió una entrevista a Efe durante el II Foro sobre
Creación de Valor Compartido, que este año se celebró en Londres, en
la que habló sobre los desafíos de la economía mundial, de las
razones detrás del aumento de personas que pasan hambre en el mundo
y de la importancia de preservar y proteger un recurso como el agua.
El empresario, que ha desarrollado toda su carrera profesional en
la multinacional suiza, señaló que "la crisis en Europa es una
crisis a largo plazo y no con forma de V como en EEUU, sino con
forma de L, en una situación en la que estaremos bastante tiempo".
Brabeck argumentó que los países europeos están sufriendo las
consecuencias de permitir un endeudamiento estatal excesivo y de la
pérdida de influencia en el conjunto de la economía internacional,
que ha desviado su foco hacia los países emergentes.
Puso como ejemplo en este sentido que en los años 90 el mercado
europeo representaba un 55% de las ventas de Nestlé y que ahora ese
porcentaje es del 26%, lo que ha contribuido a que la situación
financiera de la multinacional no se haya resentido.
"2009 fue para Nestlé un excelente año con un crecimiento interno
del 4,8% y una mejoría de los márgenes (...). 2010 se presenta bien
por el momento. La situación en los países asiáticos es muy
positiva, pero también el Medio Oriente, África y gran parte de
América Latina tienen crecimientos muy alentadores", dijo.
Brabeck participó en este Foro para hablar del concepto de la
creación del valor compartido -"se trata de optimizar el valor de
una empresa tanto para el accionista como para la sociedad"- y para
defender un modelo más sostenible en el uso del agua.
"El recurso natural más importante es el agua, un recurso que
tomamos casi como dado porque en algunas partes nos cae del cielo
casi diariamente. La realidad es que es un recurso que es tan escaso
como el petróleo y lo estamos utilizando con una ligereza que es
realmente sorprendente", subrayó el directivo.
Según Brabeck, hoy en día se gasta "más agua de la que se puede
reemplazar" y si se sigue utilizando a este ritmo, teniendo en
cuenta que la población mundial alcanzará los 9.000 millones de
personas, "nos vamos a quedar antes sin agua que sin petróleo".
"Saldremos de la era del petróleo porque tendremos mejores
tecnologías energéticas, pero en el caso del agua no hay sustituto.
Sin agua no hay vida y sin agua no hay comida", indicó.
Sobre la brecha alimentaria en el mundo, con sociedades
sobrealimentadas y sociedades desnutridas, Brabeck reconoció que se
ha "fallado completamente a la hora de lograr los objetivos
establecidos" y que es "un escándalo" que en los últimos pocos años
haya aumentado en 200 millones el número de personas con hambre.
Lo atribuyó a las decisiones políticas relacionadas con las
políticas de reducción de emisiones de CO2, especialmente con la de
la sustitución de un 20% de la energía generada por el petróleo por
nuevas fuentes energéticas, especialmente los biocombustibles.
"Esto ha provocado una triplicación de los precios de los
alimentos (...) y los más afectados son los pobres, que gastan más
del 70 por ciento de sus ingresos en alimentación. Es más que un
fracaso. Es una situación completamente inmoral", manifestó.
"No se puede tomar la decisión política de usar alimentos para
sustituir al petróleo. Es tan simple como esto. Es un crimen",
señaló Brabeck, quien pidió tener en cuenta que el mercado del
petróleo es un 20% mayor que el de la alimentación.
Nestlé es una de las multinacionales más criticadas por las ONG
del mundo de la alimentación por problemas como el de la leche
fórmula en mal estado en China, las acusaciones del uso de mano de
obra infantil esclava en Costa de Marfil para la obtención de cacao
y las quejas por el excesivo nivel de azúcar y sal en los cereales
para niños que vende en el Reino Unido.
Pero Brabeck consideró que la imagen de la multinacional "es más
bien positiva".
"De lo contrario no estaríamos creciendo como estamos creciendo.
Casi 2.000 millones de nuestros productos se compran cada día y
nadie en el mundo puede forzar a los consumidores a comprarlos. Es
una decisión y una elección voluntaria de cada día de los
consumidores en favor de nuestros productos", dijo. EFE