Yoko Kaneko
Tokio, 28 feb (EFE).- Después de 13 años, el primer Shikansen o
tren bala japonés que superó los 300 kilómetros por hora se despidió
hoy de las líneas de alta velocidad para dejar paso a la tecnología
aún más moderna de sus sucesores.
Cientos de personas se congregaron en los andenes del servicio de
alta velocidad de la estación central de Tokio para ver partir, por
última vez, a la serie 500 del Shinkansen, convertida en su día en
símbolo de la innovación tecnológica de Japón.
Fabricada por la compañía ferroviaria Japan Railways West (JR
West) en 1996 y 1997, el Shinkansen 500 debutó en marzo de 1997 para
unir las ciudades de Osaka (centro de Japón) y Hakata (sur),
distantes 622 kilómetros, en 2 horas y 17 minutos, frente a las casi
cuatro horas que se necesitaban hasta entonces.
En noviembre de aquel mismo año amplió su línea de Osaka hasta
Tokio con el servicio "Nozomi" ("Esperanza"), el de alta velocidad
de Japón.
Hasta que apareció esta revolucionaria serie, los trenes bala
nipones alcanzaban "sólo" los 210 kilómetros por hora, según explicó
a Efe un portavoz de JR West.
El modelo 500 fue el primer tren comercial que llego al máximo de
300 kilómetros, lo que le llevó a ser inscrito en el libro Guinness
de los récords.
Con su línea de corte supersónico y su morro azul y blanco, que
recuerda al de un avión de combate, ganó varios premios de diseño
industrial y una popularidad que le ha valido una legión de
"tecchan", como se conoce a los incondicionales de los trenes en
Japón.
Desde que se anunció el cese de este tren, sus seguidores se
prepararon para la despedida y hoy acudieron cámara en ristre a la
estación de Tokio, donde se tuvieron que tomar medidas de seguridad
especiales para evitar accidentes por las aglomeraciones.
En medio de una gran expectación, el Shinkansen 500 entró
lentamente en el andén, estuvo detenido 13 minutos -durante los que
incluso los responsables de la estación se esforzaron por
fotografiarlo con sus móviles- antes de retirarse de esas vías, en
medio de flashes, por última vez.
Debido a su elevado precio, de la serie 500 se produjeron sólo
nueve trenes, cada uno con 16 vagones.
En su mejor época, este modelo realizaba hasta 16 viajes al día,
pero en los últimos años, con la entrada de los nuevos modelos 700 y
N700, se fue retirando poco a poco hasta los dos viajes diarios que
hacía hasta hoy.
Entre las características del popular Shinkansen 500 estaba su
larga "nariz" picuda, de una longitud de 15 metros, que hacía que el
tren tuviera menos altura de la normal, algo que cambió en los
modelos siguientes para hacerlos más cómodos.
Ahora, la serie 500 será sustituida totalmente por la nueva serie
N700 del tren bala, que ya realiza desde julio de 2007 los trayectos
comerciales de la línea "Tokaido" que une los 552 kilómetros que
separan Tokio de Osaka, la segunda ciudad en importancia de Japón.
Aunque ha dicho adiós a la alta velocidad, la serie 500 no dejará
de circular en Japón, ya que seguirá funcionando con 8 vagones en el
servicio regular que cubre el trayecto entre Osaka y Hakata, en la
línea donde debutó.
Sin haber sufrido nunca un accidente mortal y con un retraso
medio de menos de un minuto, el Shinkansen simboliza la pujanza
tecnológica de Japón desde hace más de cuarenta años, cuando la alta
velocidad era un concepto casi utópico en Europa o EEUU.
De hecho, el Shinkansen de Japan Railways es uno de los productos
más conocidos de la ingeniería japonesa en todo el mundo, a pesar de
que la tecnología que lo hace funcionar apenas se ha exportado a
gran escala al extranjero.
En Asia cuenta con la tecnología del Shinkansen Taiwán, mientras
que está previsto que Vietnam la utilice en la línea de 1.700
kilómetros que recorre el país de norte a sur en un proyecto para el
que calcula una inversión de 56.000 millones de dólares (41.112
millones de euros).
Además, Japan Railways ha mostrado interés por entrar en la
licitación para las obras del tren de alta velocidad que Brasil
pretende tener entre sus dos mayores ciudades, Río de Janeiro y Sao
Paulo, y que sería el primero de su tipo en América Latina. EFE
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