Paloma Caballero
Pekín, 30 nov (EFE).- A punto de cumplirse un año de la
autorización china a la entrada del jamón español a un mercado
potencialmente gigantesco, el proteccionismo disfrazado de medidas
burocráticas que afrontan los importadores lo hace apenas visible en
restaurantes caros o presentaciones de alta cocina.
"Y es que a la limitada lista de compañías chinas que pueden
importarlo, se suman cada día nuevas exigencias como, por ejemplo,
la fumigación de los contenedores en origen o medidas aduaneras que
retrasan mucho su llegada", dijo hoy a Efe una de las pocas empresas
españolas que intenta traer el preciado producto a China.
Otra medida que levanta dolor de cabeza a los importadores es la
de calcular por adelantado cuánta cantidad venderán cada vez que
hacen la documentación, mientras que en las estanterías de los
supermercados solamente hay jamón chino de Yunnan (provincia del sur
de China) o de Parma (Italia).
"Tenemos un plazo para vender lo que después de mucho trabajo
logramos importar. Hasta que no lo hayamos liquidado no podemos
traer más. Es una pesadilla predecir con tanto detalle, sobre todo
cuando intentamos abrir mercado", afirmó la misma fuente, que no
quiso facilitar el nombre de su empresa por temor a afrontar nuevos
inconvenientes.
"Los obstáculos no son solamente que el único jamón ibérico
aceptado sea la pieza deshuesada que no se sujeta en un jamonero
normal, por lo que pensamos en diseñar uno que permita enseñar cómo
cortarlo, algo nuevo en China, o que solo se pueda traer el
loncheado al vacío", añadió.
China acusa constantemente a EEUU y la Unión Europea (UE) de
levantar barreras proteccionistas, ya sea, entre otros, con
aranceles a la importación de neumáticos chinos (el primero) o de
zapatos chinos (la segunda) y no deja de proclamar que solamente la
apertura de los mercados impulsará la economía.
Pero, para proteger la suya, no duda en levantar sutiles
obstáculos a la participación o entrada, aunque sea mínima, de
productos o empresas extranjeras.
"Nos sumamos a la declaración conjunta en la que ambos gobiernos
piden evitar el proteccionismo con medidas prácticas y mejorar el
clima de negocios hasta convertirlo en no discriminatorio", dijo hoy
en un comunicado el presidente de la Cámara Europea de Comercio,
Joerg Wuttke, coincidiendo con la cumbre China-UE en Nankín.
"Nos felicitamos de que se hayan abordado en la cita asuntos
urgentes, incluidas las necesarias medidas para mantener una
relación comercial y cooperación saludables hacia un desarrollo
económico sostenible", afirmó el presidente de la Cámara que agrupa
a las empresas de la UE en China.
Wuttke se hizo eco en numerosas ocasiones de las quejas de
empresas europeas de diversos sectores que invierten en China a la
espera de hacerse con una parte, aunque sea mínima, del mercado,
pero afrontan el apoyo oficial encubierto a las chinas imponiendo
requisitos que, por ejemplo, en los concursos, solamente ellas
cumplen.
Y eso sin mencionar los subsidios chinos a la producción para la
exportación o las dificultades a la banca extranjera, o en
inversiones en sectores que Pekín pueda considerar estratégicos,
como la alimentación, con regulaciones directas para evitar, por
ejemplo que Coca Cola comprara la empresa de zumos Huiyuan.
Ayer, el primer ministro chino, Wen Jiabao, afirmó en la cumbre
de Nankín, que dos importantes economías y socios comerciales como
China y la UE deben combatir conjuntamente el proteccionismo al
comercio y a la inversión.
Algunos países con acuerdos de libre comercio con China, como es
el caso de Chile, observan también cómo sus productos agrícolas, que
deberían entrar a China libremente, se ven retenidos en la aduana
por la aparente falta de conocimiento de los funcionarios hasta que
el importador, para evitar que se deterioren, acaba pagando. EFE
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