Londres, 7 ago (EFE).- El Royal Bank of Scotland (RBS), propiedad
del Estado británico en un 70 por ciento, anunció hoy una pérdida
neta en el primer semestre del año de 1.042 millones de libras
(1.217 millones de euros), el 26 por ciento más que en el mismo
periodo de 2008.
En un comunicado a la Bolsa de Londres, el banco con sede en
Edimburgo precisó que tenía una deuda tóxica (impagada o de difícil
cobro) y depreciaciones de activos por valor de unos 7.520 millones
de libras (8.785 millones de euros).
El consejero delegado, Stephen Hester, reconoció que los
resultados semestrales, tal como habían advertido, son "pobres",
pero se mostró confiado en el futuro del banco, advirtiendo, no
obstante, de que "no habrá curas milagrosas".
El RBS fue uno de los bancos británicos más afectados por la
crisis crediticia, perjudicado sobre todo por la ambiciosa compra
del holandés ABN Amro en 2007.
Debido a sus problemas de liquidez, en octubre de 2008 tuvo que
recurrir a un aval del Estado, una operación que costó a las arcas
públicas unos 20.000 millones de libras (23.324 millones de euros).
Su pérdida el año pasado fue de 24.137 millones de libras (28.142
millones de euros), la mayor de la historia empresarial británica.
Según el informe presentado hoy, el RBS, que empleaba a finales
de 2008 a 45.000 personas en el mundo, tuvo en el semestre hasta el
30 de junio una pérdida antes de impuestos de 244 millones de libras
(284 millones de euros), frente a 727 millones de libras el año
anterior.
Sus ingresos para el periodo fueron de 21.841 millones de libras
(25.445 millones de euros), frente a unos costes operativos de
11.891 millones de libras (13.853 millones de euros).
El martes pasado, el RBS anunció que había aceptado una oferta
para vender al australiano ANZ parte de sus activos en seis países
asiáticos por 550 millones de dólares (385 millones de euros) y
cerrar algunas de sus operaciones en el continente.
Aunque los resultados del banco, que también obtuvo un beneficio
extraordinario de 3.800 millones de libras (4.426 millones de euros)
con la recompra ventajosa de su propia deuda, demuestran una
recuperación de las enormes pérdidas de 2008, el consejero delegado
se mostró cauto en sus valoraciones.
"Éste ha sido un año crucial", que empezó con una caída de las
acciones hasta 10 peniques al conocerse la totalidad del daño
sufrido a raíz de la crisis, recordó Hester.
Sin embargo, con los planes de reestructuración en marcha, el
banco afronta un futuro diferente: "El nuevo RBS será un banco muy
diferente al anterior, tanto en lo que hacemos como en la manera de
hacerlo", añadió el directivo.
Hester se mostró optimista de cara al futuro y se comprometió a
restablecer la "fortaleza y viabilidad" de la entidad, con vistas a
devolver al Estado el dinero prestado.
Sin embargo, "no habrá curas milagrosas", ya que la
reestructuración del banco, que conllevará la pérdida de miles de
puestos de trabajo, es la mayor "jamás acometida", y necesitará del
continuo apoyo de la Administración pública.
"Los resultados generales podrían no mejorar hasta el 2011, y la
recuperación total llevará tiempo", anticipó el banquero. EFE