Londres, 3 nov (EFE).- Los bancos Royal Bank of Scotland (RBS) y
Lloyds Banking Group sufrirán una gran reestructuración con la venta
de sucursales y recaudación de capital, en respuesta a la exigencia
de la UE de no violar las leyes comunitarias sobre competencia.
Ambas instituciones bancarias, que fueron rescatadas por el
Gobierno durante la crisis del año pasado, confirmaron hoy que han
aceptado la venta de algunos de sus negocios y procederán a recaudar
capital por unos fondos combinados de más de 46.000 millones de
libras (unos 50.600 millones de euros).
Tras conocerse este plan, el primer ministro británico, Gordon
Brown, aseguró que el Gobierno está "creando competencia" y toma
medidas para que los bancos devuelvan el dinero del contribuyente.
Así, el RBS venderá sus sucursales en Inglaterra y Gales, las del
Natwest que tiene en Escocia, las aseguradoras Churchill y Direct
Line, así como parte de su negocio de banca de inversión.
El RBS recibirá además 25.500 millones de libras (28.050 millones
de euros) del Gobierno y ha acordado colocar 282.000 millones de
libras (310 millones de euros) de activos tóxicos en el llamado
Programa de Protección de Activos, lo que elevará la participación
del Estado hasta un 84,4 por ciento.
A diferencia del RBS, el Lloyds Banking Group ha decidido
independizarse de ese programa con el fin de evitar que el Gobierno
aumentase su control del mismo: de haberse acogido a ese mecanismo
de protección de activos, la parte del Estado habría pasado del 43,5
al 63 por ciento.
El Lloyds planea en su lugar una ampliación de capital mediante
la emisión de títulos por un total de 21.000 millones de libras
(23.000 millones de euros).
Al mismo tiempo venderá al menos 600 sucursales en Inglaterra,
Gales y Escocia, y también la entidad de crédito hipotecario
Cheltenham & Gloucester.
El Tesoro británico indicó hoy que se pedirá a los dos bancos que
cumplan determinadas "condiciones" en lo que respecta al nivel de
salarios de los directivos y la concesión de créditos a las
familias.
El Gobierno exige que los dos bancos concedan créditos por un
total de unos 39.000 millones de libras (42.900 millones de euros) y
se aplacen hasta 2012 el pago de las primas.
Además, el Gobierno quiere aumentar la competencia en el sector
con la entrada de nuevos actores, entre los que se cita al grupo
Virgin y a la cadena de supermercados Tesco.
También estarían interesados el grupo español Santander, que
vería, sin embargo, limitado el número de adquisiciones por su
presencia en el mercado británico a través de Abbey, Bradford &
Bingley y Alliance & Leicester, y el National Australia Bank.
El ministro de Economía, Alistair Campbell, dijo hoy que el plan
permitirá contar con una "mayor competencia" en la banca minorista.
En unas declaraciones a la BBC, Darling señaló que los grandes
bancos controlan el mercado de la banca minorista, por lo que la
venta de sucursales ayudará a impulsar la competencia.
"Lo primero que quiero hacer es tratar de asegurar que al final
recuperamos el dinero del contribuyente", explicó el ministro.
Además, en virtud de las exigencias de las leyes comunitarias,
los bancos tienen que ser más pequeños, indicó Darling, si bien
afirmó que el Gobierno ha trabajado con la Comisión Europea para
asegurar que las sucursales no son "engullidas" por bancos
existentes.
Esta reestructuración se conoció después de que el RBS anunciase
ayer que recortará a partir de mayo de 2010 un total de 3.700
empleos en todo el Reino Unido, en el marco de un plan destinado a
modernizar la capacidad operativa de la entidad financiera.
El sindicato Unite ha criticado con dureza el plan de la
dirección del RBS de eliminar estos puestos de trabajo y un portavoz
dijo que la decisión es "una locura absoluta".
La UE aprobó la pasada semana el proyecto del Gobierno británico
de dividir Northern Rock, entidad totalmente nacionalizada durante
la crisis, para separar los llamados "activos tóxicos". EFE