Madrid, 29 abr (EFE).- El Grupo Santander obtuvo un beneficio
neto atribuido de 2.215 millones de euros en el primer trimestre de
2010, un 5,7% más que un año antes, en un escenario complicado pero
en el que esperan obtener una ganancia neta anual "como mínimo"
similar a la de 2009, cuando rozó los 9.000 millones de euros.
Así lo explicó hoy en rueda de prensa el consejero delegado de la
entidad, Alfredo Sáenz, que también aprovechó para insistir, igual
que están haciendo todos sus colegas banqueros en los últimos días,
en que el Gobierno debe adoptar "urgentemente" las medidas
estructurales necesarias para salir de la crisis.
Se trata, entre otras cosas, de reducir el déficit público y
reformar el mercado laboral, que llevaron a la agencia de
calificación de riesgo S&P a rebajar ayer el rating de España hasta
"AA", junto con el elevado endeudamiento de las familias y el coste
fiscal de las "ayudas" del Gobierno al sistema financiero.
Según explicó Sáenz, si todas estas medidas se aplican de una
forma "contundente y rápida" se podría ver un restablecimiento claro
de la confianza de los mercados, aunque ello no supondría
necesariamente un "rebote" de la economía.
De hecho, el consejero delegado del primer grupo financiero
español no se atrevió a dar una previsión sobre la evolución de la
economía española en lo que queda de año, aunque cree que será
"parecida" a la primera parte del ejercicio.
Sáenz admitió que la tasa de morosidad del Grupo en España
seguirá creciendo en los próximos meses, de forma que rondará el 4%
a finales de año, frente al 3,41% registrado al cierre de 2009,
mientras que la mora de todo el grupo se mantendrá por debajo del
4%.
El ejecutivo no quiso dar cifras de captación de depósitos en su
nueva campaña, en la que ofrece un interés del 4%, y sólo dijo que
"va muy bien", pero sí dejó claro que el objetivo es captar cuota de
mercado y no conseguir liquidez, ya que en ese aspecto no tienen
problemas.
Tampoco quiso poner una fecha a la entrada del Grupo en Asia,
donde están "en conversaciones" con un banco chino y se limitó a
señalar "que hay bolas rodando, aunque van lentas".
Lo que sí confirmó fue que el Grupo está "en el proceso" para
adquirir el negocio minorista del banco sueco Skandinaviska Enskilda
Bankem en Alemania.
Pero cualquier participación que tenga el Grupo tendrá que ser
mayoritaria, explicó, ya que "no tiene sentido" tomar una pequeña
parte en ninguna entidad y menos con las mayores exigencias de
capital que traerán las nuevas normas internacionales.
Preguntado por la política de dividendos para este año, Sáenz
aseguró que de momento no hay motivos para cambiar la que está en
vigor (un "pay out" del 50%) e incluso consideró posible repartir
una parte del dividendo en acciones, como el año pasado, "porque
salió muy bien".
Sáenz se mostró muy satisfecho con estos resultados, que se
vieron favorecidos por las menores necesidades de provisiones
derivadas de la desaceleración de la mora y por el control de los
costes y la acertada gestión de los márgenes.
En concreto, el Santander destinó 2.436 millones de euros a
provisiones para insolvencias, que crecieron el 10% en comparación
con marzo de 2009, un ritmo inferior al del pasado ejercicio gracias
a la mencionada desaceleración de la morosidad.
La diversificación geográfica del Grupo fue otra importante
palanca de estas cuentas, explicó Sáenz.
De hecho, en la Europa continental el beneficio neto alcanzó los
1.369 millones de euros a cierre de marzo (+5%), de los que 500
millones los obtuvo la red Santander en España.
En Latinoamérica, el Grupo ganó 1.019 millones de euros (+15%),
impulsado especialmente por Brasil, con un beneficio récord de 603
millones de euros (+38%).
La filial del Reino Unido ganó 480 millones de euros (+17%),
mientras que la de EEUU, el Sovereign, cerró su segundo trimestre
consecutivo con resultados positivos, al ganar 69 millones de euros.
EFE
ala-mbr/jla
(foto) (vídeo) (audio)