Juan David Leal
México, 8 ene (EFE).- El Banco de México y la OCDE respaldaron
hoy las medidas fiscales aprobadas por el Congreso mexicano y el
alza de precios de los combustibles decretada por el Gobierno, y
minimizaron su impacto inflacionario sobre la economía, la cual,
dijeron, se encuentra ya en "recuperación".
El gobernador del banco central, Agustín Carstens, dijo en su
primera aparición pública desde que asumió el cargo el 1 de enero
que la economía mexicana experimenta una "recuperación consolidada"
y que las recientes alzas de precios tendrán un impacto "limitado" y
"transitorio".
"Podemos afirmar con cierto grado de confianza que tenemos una
recuperación consolidada sólida que ha venido abarcando todos los
sectores" de la economía, por lo que es "muy factible" que se
materialice en 2010 una tasa de crecimiento del 3%, indicó Carstens
durante un foro organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de
México (ITAM).
Señaló que los últimos datos disponibles muestran que el sector
servicios, la industria, la demanda agregada, el consumo, las
importaciones, las exportaciones y el empleo se han "recuperado",
por lo que se espera que en el cuarto trimestre de 2009 el Producto
Interior Bruto (PIB) haya tenido una "variación importante".
Carstens, quien dejó la Secretaría de Hacienda para asumir la
dirección del Banco de México (Banxico), salió al paso de las duras
críticas de varios sectores de la sociedad mexicana, principalmente
de los partidos de oposición, que han censurado al Gobierno por
decretar un aumento de 1,3% al precio de la gasolina.
Al alza del combustible se añade la entrada en vigor de una
reforma fiscal que incluye incrementos al IVA, del 15% al 16%, al
Impuesto Sobre la Renta, del 28% al 30%, y un nuevo gravamen del 3%
a las telecomunicaciones, con excepción de Internet y telefonía
rural, además de aumentos a la cerveza, cigarrillos y juegos y
sorteos.
En opinión de Carstens, ese "impacto" en los precios "se ha
limitado al directo, el cual es transitorio y se desvanecerá después
de un año", lo que favorecerá un descenso de la inflación en 2011.
Las nuevas medidas fiscales son "indispensables para la
estabilidad macroeconómica del país", defendió el funcionario, quien
aseveró que "no hay mejor aliado para tener una inflación baja que
las finanzas públicas sanas".
México, cuyas finanzas públicas dependen fuertemente del
petróleo, ha experimentado una caída sostenida en su producción de
crudo, lo que ha forzado al Gobierno a llevar a cabo dos reformas
fiscales y a reducir gradualmente el millonario subsidio que da a
las gasolinas.
Por su parte, el secretario general de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Miguel Ángel Gurría,
defendió las reformas fiscales que buscan aumentar el recaudo en
México, porque, dijo, es una "mala política fiscal" que las finanzas
públicas del país dependan solo del petróleo.
Criticó que en México aún se subsidie el precio de la gasolina,
dado que genera un mayor consumo de ese bien escaso, contribuye al
cambio climático, distorsiona los precios en la frontera con EE.UU.
y le quita capacidad al Gobierno para atender a los pobres, ya que
ese apoyo beneficia solo a clases medias y altas.
En este sentido, Gurría sostuvo que México debe trabajar "para
tener una estructura fiscal normal, competitiva, moderna,
progresiva, justa, transparente y sencilla de cumplir".
En opinión de la OCDE, organismo integrado por 31 países, México
se encuentra ya en la senda de la "recuperación" como otras naciones
en desarrollo, por lo cual estima que el desempeño económico de este
año sea "mejor de lo previsto", aunque dependerá de la situación de
EE.UU..
Gurría también destacó que México debe mejorar las condiciones
de competencia en la economía, la innovación y el Estado de derecho
para dejar de arrastrar "presiones inflacionarias", que provocan que
el país espere tasas de inflación por encima del 4% en 2010,
mientras que en otras naciones hay procesos de deflación. EFE.
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