Mar Gonzalo
Nueva York, 22 feb (EFE).- Una nueva normativa sobre el sector de
tarjetas de crédito entró hoy en vigor en Estados Unidos con la
intención de reducir las prácticas abusivas de las entidades
emisoras y aclarar a los consumidores cuánto les cuesta vivir
endeudados.
Esta medida tendrá también un impacto sobre las entidades
financieras, que podrían dejar de ingresar unos 12.000 millones de
dólares anuales, según la consultora Morrison & Foerster, por lo que
ya buscan nuevas estrategias para tratar de compensar esas pérdidas.
"Esta ley supone un importante punto de inflexión para los
estadounidenses", aseguró hoy el presidente del país, Barack Obama,
quien defendió que "por demasiado tiempo las compañías de tarjetas
de crédito han tenido libertad para emplear tácticas engañosas e
injustas que cargaban a los consumidores con costes irracionales".
Esta regulación, aprobada hace ya nueve meses, tendrá un fuerte
impacto en un país donde casi la mitad de los consumidores acumula
una deuda media de 7.000 dólares en sus tarjetas de crédito y uno de
cada cinco paga por ello un tipo de interés del 20%, según la
Administración General de Servicios.
"Estamos reequilibrando la balanza de poder en favor de los
consumidores y haciendo que las empresas de tarjetas de crédito sean
responsables" de sus prácticas, explicó Obama en un comunicado.
Desde hoy y de manera general, las compañías no podrán aumentar
los intereses de manera retroactiva ni durante los primeros doce
meses de contrato, y deberán avisar con 45 días de antelación de
cualquier subida de tipos y tasas, o de otros cambios importantes en
las condiciones.
Además, el cliente podrá cancelar su cuenta si se producen esos
cambios, y aumentar sus pagos mensuales mínimos para acelerar la
liquidación de su deuda.
Esta regulación está acompañada de un esfuerzo de comunicación de
las autoridades para concienciar a los ciudadanos de los beneficios
de pagar a tiempo sus compras o abonar mensualmente la máxima
cantidad posible.
En EE.UU. muchas personas usan las tarjetas para crear o mejorar
su historial de crédito, ya que éste se suele exigir a quienes
realizan compras a plazos, por lo que es habitual que los ciudadanos
se endeuden a propósito, incluso aunque puedan pagar al contado.
Para revertir esta tendencia, las autoridades recomiendan pagar a
tiempo y mantenerse por debajo del límite de crédito, así como estar
pendientes de posibles cargos adicionales por parte de las
entidades.
"Si no puede pagar su saldo total cada mes, trate de pagar lo más
posible. Con el tiempo abonará menos cargos por intereses y ese
dinero podrá utilizarlo para otras cosas", asegura la Reserva
Federal en su campaña de información a los estadounidenses,
acostumbrados a pagar un mínimo mensual que les permite vivir más
desahogadamente.
Desde ahora, y debido a las nuevas normas, las facturas deberán
detallar cuántos años tardará el cliente en pagar su deuda si sigue
abonando el mínimo establecido, así como cuánto debería cancelar al
mes si quisiera librarse de sus números rojos en tres años.
"Estas normas suponen un avance sin precedentes en los esfuerzos
de mi administración por reforzar la protección de los consumidores
e impulsar una sustancial reforma financiera", explicó Obama sobre
la nueva legislación, que reducirá con fuerza los ingresos que las
entidades emisoras obtienen por el cobro de intereses y que superan
con creces a los logrados por la imposición de tasas.
La firma RK Hammer calcula que los ingresos por intereses caerán
este año en 5.500 millones de dólares y, por ejemplo, JPMorgan Chase
ya advirtió en enero de que sus ingresos procedentes de éste área de
negocio se reducirían en 750 millones de dólares anuales.
Por ello, no es de extrañar que las entidades hayan reaccionado
rápidamente y en los últimos meses hayan cambiado su estrategia para
hacerse con otro tipo de cliente, más cauto, fiable, y propenso a
tener pocas tarjetas de crédito y pagar a tiempo sus deudas, pero
también dispuesto a establecer una relación más integrada con su
banco, han explicado las propias compañías en los últimos meses.
Además, se han empezado a promocionar más las tarjetas con tipos
de interés fijos y a implantar tasas por su mantenimiento anual (que
ahora sólo pagan cerca del 20% de los estadounidenses) o falta de
uso, o por transferencias al extranjero y envío postal de extractos.
EFE