Madrid, 13 ago (EFE).- La economía española ya lleva seis meses
fuera de la recesión, tras crecer entre abril y junio un 0,2%, lo
que hace pensar al Gobierno que las bases de la recuperación están
sentadas, aunque el avance aún dista del de las principales
economías europeas y del conjunto de la UE y la zona euro.
De acuerdo con el dato avanzado hoy por el Instituto Nacional de
Estadística (INE), que confirma las estimaciones realizadas hace una
semana por el Banco de España, el PIB acumula una caída interanual
del 0,2%, aunque este retroceso se ha atenuado once décimas en
comparación con el registrado el trimestre anterior (1,3%).
La moderación de la contracción económica es consecuencia de una
contribución menos negativa de la demanda nacional (consumo e
inversión), que fue posible gracias al repunte del gasto de los
hogares.
Frente a la economía española que todavía cae en tasa interanual,
el PIB de la zona euro y del conjunto de la UE crece a un ritmo
anual del 1,7%, impulsado por el buen comportamiento de la economía
alemana, que creció un 2,2% en el segundo trimestre y acumula una
subida anual del 3,7%.
El Gobierno considera que la evolución del PIB confirma sus
previsiones y mantiene que no habrá ningún trimestre negativo,
aunque el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo
esta semana que es previsible que el tercer trimestre no sea tan
bueno como el segundo.
Por el contrario, el servicio de estudios del BBVA no descarta
que la economía vuelva a caer en el tercer trimestre, debido a los
efectos negativos que puedan tener la subida del IVA, el ajuste
presupuestario y las tensiones en los mercados.
Por su parte, el Banco de España considera que la economía
española ha iniciado ya la consolidación de su recuperación, aunque
advierte de que para mantenerla es importante que se concreten las
reformas estructurales aprobadas o anunciadas y que continúe el
proceso de consolidación fiscal.
En este sentido, el supervisor cree que el Gobierno debería estar
preparado para adoptar nuevas medidas de ajuste presupuestario, en
caso de que las ya tomadas resulten insuficientes.
A su juicio, la mejora de la evolución económica del segundo
trimestre se explica porque la caída de la demanda interna se ha
atenuado gracias al repunte del consumo privado, aunque el sector
exterior vio reducida su aportación al crecimiento.
El crecimiento trimestral tuvo lugar en un contexto de progresiva
recuperación de la economía mundial, en el que los factores
transitorios que propiciaron el consumo compensaron los efectos
negativos que sobre la confianza pudo tener la inestabilidad en los
mercados de la deuda soberana.
Por eso el supervisor advierte de que a partir de ahora, sin esos
factores transitorios que han adelantado decisiones de gasto (la
subida del IVA en julio o el fin de estímulos fiscales como las
ayudas a la compra de automóviles), el consumo podría atenuar su
avance, aunque espera que se siga recuperando.
Según el cálculo del Banco de España, el consumo de los hogares
aumentó un 0,7% en el segundo trimestre y ya acumula en el último
año una subida del 1,5%.
En cuanto a la inversión en su conjunto, el supervisor no es
optimista en un futuro inmediato y cree que la restricción del
crédito y la incertidumbre sobre la intensidad de la recuperación
seguirán frenando los proyectos empresariales.
La menor aportación del sector exterior al crecimiento -seis
décimas frente a los 1,2 puntos del primer trimestre- la atribuye a
que no sólo registraron un fuerte aumento las exportaciones, sino
también las compras al exterior.
El próximo 26 de agosto, el INE publicará los datos detallados de
la contabilidad nacional trimestral. EFE