Madrid, 27 abr (EFE).- América Latina debe apostar por un Estado
renovado y más fuerte, en equilibrio con el mercado y la ciudadanía,
como uno de los instrumentos clave para superar la actual crisis
internacional, explica la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia
Bárcena, en su contribución al Anuario Iberoamericano 2010.
Bárcena es la autora del análisis "América Latina y la crisis
global: Efectos, desafíos y oportunidades", que integra este anuario
publicado por la Agencia Efe y el Real Instituto Elcano y que es
considerado un libro de referencia por estudiosos y analistas de la
región.
En su aportación, la secretaria ejecutiva de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) describe las
ventajas que ha contado esta región a la hora de afrontar la crisis
global, los desafíos que afronta y los posibles caminos para evitar
debacles como las que están sucediendo en otras partes del planeta.
"Los problemas de largo plazo de la crisis habrá que resolverlos
con la mirada puesta en el largo plazo y la región deberá ser capaz
de proponer e implementar medidas de políticas públicas que hagan
coherente lo urgente con lo importante", señala Bárcena.
Destaca entre los retos a abordar la necesidad de "dar al Estado
un papel renovado, que refuerce el papel del mercado en una
complementariedad equilibrada".
Para ello es preciso "buscar un nuevo equilibrio entre Estado,
mercado y ciudadano, y, por ende, la creación y reinvención de
instituciones públicas, privadas, solidarias y comunitarias",
asevera.
Bárcena recuerda que "la actual crisis sorprendió a América
Latina y el Caribe en un periodo histórico de bonanza y progreso que
no se apreciaba en la región desde hacía más de 40 años".
"Entre los años 2002 y 2007, el número de personas que vivían en
la pobreza disminuyó en diez puntos porcentuales, es decir salieron
de la pobreza 37 millones de personas", explica.
En ese periodo, subraya, "en ocho países de la región la
desigualdad disminuyó, sólo en tres empeoró y en el resto de los
países se mantuvo más o menos igual".
"Asimismo, el empleo aumentó en cantidad y mejoró en calidad. La
tasa de desempleo regional bajó del 11 al 7,5 por ciento entre 2003
y 2008, y los ingresos laborales por ocupado aumentaron en casi
todos los países", añade.
En general, "creció la riqueza, aumentó y mejoró el empleo,
disminuyó la pobreza y disminuyó la desigualdad", relata Bárcena.
"Este cuadro comenzó a cambiar cuando la crisis se desató", pero
gracias a los mencionados logros del quinquenio 2003-2007, la región
"se mostró mejor preparada para afrontar la actual crisis", aunque,
subraya, "de ninguna forma resultó inmune a ella".
El efecto más importante, a nivel regional, fue el shock
comercial", apunta, con una caída en el primer semestre de 2009 de
las exportaciones regionales en un 31 por ciento en valor y un 15
por ciento en volumen, comparado con el mismo periodo del año
anterior.
Bárcena muestra su confianza en que "la gradual recuperación se
materializará en 2010, cuando la región podría volver a crecer entre
un 3 y un 4 por ciento", eso sí, bajo un esquema diferente: el de la
"recuperación con desempleo" y el de un mayor protagonismo de las
economías emergentes.
"Las pérdidas que ocasionan las crisis no son recuperables en el
nuevo ciclo y la recuperación de los retrasos sociales demanda el
doble de esfuerzo y tiempo", expresó.
Así, se observará "una contracción comercial con proteccionismo"
y a ello se sumará "la lenta velocidad de recuperación de los
sistemas de crédito y de pagos internacionales necesarios para
sostener el comercio".
A fin de responder a los nuevos retos económicos, ambientales y
sociales será preciso, según Bárcena, "fortalecer el ámbito
multilateral", reformar "la gobernabilidad de las instituciones
financieras globales" y revisar los sistemas de supervisión
financiera, con "un sistema de alerta temprana y promoviendo mejoras
en las prácticas de transparencia y rendición de cuentas".EFE