María Gómez Silva
Bruselas, 15 feb (EFE).- Los dieciséis países de la zona euro
dieron hoy un mes de plazo a Grecia para que presente los primeros
resultados de su plan de saneamiento de las cuentas públicas o le
"impondrán" medidas adicionales que tendrá que "aceptar".
Sin embargo, en caso de que el plan de ajuste y las medidas
adicionales demandadas por Bruselas (si hicieran falta), no lograran
estabilizar la situación, los socios europeos no dejarán a Grecia a
merced de "la voracidad de los mercados".
Éstas fueron las principales ideas que transmitió hoy el
presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, que se esforzó por
lanzar un mensaje claro, tras las acusaciones de indefinición
vertidas la semana pasada después de la cumbre de líderes, en la que
se acordó que la Eurozona prestará apoyo, por definir, en caso de
que Grecia continúe a la deriva.
Así pues, Juncker dijo que "Grecia es responsable de la
consolidación de sus finanzas públicas" y confirmó que las
autoridades helenas se han comprometido a tomar a mediados de marzo
las medidas adicionales "que hagan falta" para lograr su objetivo de
reducción de déficit de cuatro puntos porcentuales en 2010.
También lanzó un mensaje muy duro a los mercados, a los que dijo
que "se equivocan si creen que pueden arrodillar a Grecia", "porque
ésta se ha tomado muy en serio sus compromisos".
Según lo que Juncker explicó a la salida de la reunión mensual de
los ministros de Finanzas de la zona de la moneda única, la
secuencia pactada es la siguiente:
El próximo 16 de marzo, el Gobierno griego enviará a la Comisión
Europea y al Banco Central Europeo un informe sobre los avances
alcanzados durante este mes.
En caso de que el Ejecutivo comunitario y el BCE consideren
insuficiente lo alcanzado, negociarán la adopción de medidas
adicionales con el Gobierno griego y harán una propuesta formal, que
será enviada al Eurogrupo.
Será entonces cuando los ministros de Finanzas de la zona euro
podrán imponer al Gobierno griego la adopción de decisiones
adicionales de consolidación de sus finanzas públicas y lo harán por
mayoría cualificada, en una votación en la que Grecia no podrá
participar.
Si, con todo y con eso, Grecia sigue siendo castigada por los
mercados, "los miembros de la zona euro se comprometen a tomar
medidas decididas y coordinadas para preservar la estabilidad
financiera en el conjunto de la zona euro", aseguró Juncker.
En línea con la indefinición de que hicieron gala los líderes
europeos en la cumbre de la semana pasada, Juncker no quiso precisar
qué tipo de instrumentos se podrían en marcha, pues a su juicio no
es "prudente discutirlos públicamente", pero aseguró que "si hacen
falta instrumentos, los tendremos".
Juncker también entonó un "mea culpa" durante la rueda de prensa
que siguió a la reunión del Eurogrupo, al reconocer que incurrió en
un error en 2005, al no aprobar una propuesta para permitir que la
oficina de estadística comunitaria, Eurostat, pudiera comprobar los
datos económicos que envían los estados miembros, lo que habría
evitado en parte la situación de Grecia.
"El Ecofin se equivocó al no aceptar una propuesta en 2005 de la
CE, bajo presidencia mía. Pido disculpas al mundo entero por no
haber podido evitar una mala decisión", dijo Juncker.
Juncker también dio la bienvenida al nuevo comisario de Asuntos
Económicos y Monetarios, el finlandés Olli Rehn, en sustitución del
español Joaquín Almunia.
Rehn dijo con humor que el suyo "no ha sido un aterrizaje suave"
y se comprometió a presentar en los próximos meses una propuesta
para incrementar la coordinación de las políticas económicas en el
seno de la unión económica y monetaria, con el objetivo de evitar
las desigualdades macroeconómicas y de competitividad entre los
estados miembros que han llevado a situaciones como la de Grecia.EFE