Washington, 7 sep (EFE).- La expedición de la organización Oceana
en la zona afectada por el vertido de BP en el Golfo de México ha
instalado unas estaciones de medición que permitirán detectar
partículas microscópicas de derivados de petróleo en las aguas
circundantes al pozo averiado.
El proyecto proporcionará la oportunidad de identificar el crudo
invisible que dejó tras de sí la explosión de la plataforma de BP el
pasado 20 de abril, indicó hoy en un comunicado Oceana, una
organización internacional de conservación marina que ha liderado la
primera expedición privada en el área.
Además, los sensores analizarán la composición del "penacho" de
hidrocarburos que un equipo de científicos detectó hace unas
semanas, y que se desplaza hacia el suroeste del Golfo "a una
profundidad de centenares de metros", explicaron.
El sistema se compone de centenares de sensores de medición
vertical, distribuidos cada cien metros desde la superficie hasta
los 2.000 metros de profundidad, y colocados en 16 puntos del Golfo.
La tripulación de la expedición esperó cinco días "para permitir
a los sensores llevar a cabo sus tomas de datos", antes de
recuperarlos y hacerlos llegar "a un laboratorio independiente y
especializado", que tendrá listos los resultados del análisis dentro
de unas cuatro semanas.
El proyecto, cuya puesta en marcha ha requerido dos semanas, fue
diseñado por el director científico de Oceana para el Pacífico, Jeff
Short, que tiene experiencia en desastres similares como el del
vertido del petrolero "Exxon Valdez" en 1989 o la catástrofe
originada por el buque "Prestige" en Galicia (España) en 2002.
"Cuando se analicen las mediciones, obtendremos datos fidedignos
de la contaminación real de la zona", aseguró Short en la nota, en
la que subrayó que 21 años después "aún quedan áreas costeras y
pesquerías afectadas por el desastre del 'Exxon Valdez' en Alaska, y
el vertido de Deepwater Horizon es muy superior".
La expedición de Oceana, dirigida por el oceanógrafo español
Xavier Pastor, llegó en agosto al área afectada por el vertido de
crudo de BP para evaluar su impacto sobre la flora y la fauna de
esas aguas.
Según Pastor, las mediciones de los sensores se prolongarán aún
dos meses y se complementarán con "inmersiones en distintas zonas
del Golfo por parte de buceadores de Oceana" y con el uso de "dos
robots submarinos" que pueden alcanzar los 300 y los 700 metros,
respectivamente.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados
Unidos (NOAA, por su sigla en inglés) publicó hoy un informe según
el cual los niveles de oxígeno descendieron un 20 por ciento en las
aguas del Golfo de México contaminadas por crudo procedente del
vertido de BP.
Sin embargo, esa caída no fue lo suficientemente aguda como para
crear las "zonas muertas" que algunos científicos pronosticaron al
producirse el desastre, según el jefe de estudios de pesca de la
NOAA, Steve Murawski, que apuntó que la degradación del oxígeno
parece haberse estabilizado.
"No estamos viendo una tendencia descendiente a lo largo del
tiempo", aseguró Murawski en un comunicado de la agencia.
El equipo de la NOAA cree que la caída en los niveles de oxígeno
responde a un aumento de microbios que se alimentan de petróleo, que
se multiplicaron en la zona afectada por el vertido y consumieron
también el oxígeno. EFE