Londres, 6 ene (EFE).- El principal experto científico del
Gobierno británico, John Beddington, aboga en un nuevo documento por
el recurso a los transgénicos en la agricultura para evitar una
futura escasez alimentaria y combatir mejor el cambio climático.
Según el documento, adelantado por el diario "The Guardian", los
científicos deben desarrollar una "nueva revolución verde" a fin de
aumentar la producción de alimentos en un mundo transformado por el
calentamiento del planeta y un fuerte crecimiento demográfico.
"Serán necesarias técnicas y tecnologías de distintas
disciplinas, desde la biotecnología o la ingeniería a otros sectores
nuevos como la nanotecnología", afirma el científico, según el cual
hay que tomar medidas urgentes y no se puede seguir confiando en
aumentar las cosechas siguiendo métodos tradicionales.
"En los últimos cincuenta años, la mejora de la productividad ha
resultado en un incremento del 75 por ciento de las cosechas, pero
el ritmo de crecimiento es cada vez menor", advierte el experto.
Según Beddington, las nuevas tecnologías como los cultivos
genéticamente modificados serán esenciales para cumplir los
objetivos económicos, medioambientales y sociales.
Esa revolución es necesaria, afirma el científico, tanto para
combatir el cambio climático como para alimentar a los 9.000
millones de habitantes - 3.000 millones más que ahora- que se cree
que soportará el planeta dentro de treinta años.
"También se predice un crecimiento de la demanda de energía y del
agua fresca en torno al 50 por ciento, lo que habrá que gestionar al
tiempo que se mitiga el cambio climático y el mundo se adapta al
mismo", añade Beddington.
No es la primera vez que el científico aboga por los
transgénicos, pero el hecho de que hoy repita sus advertencias en
una reunión de agricultores británicos en Oxford indica que el
Gobierno cree llegada la hora de acelerar el debate en torno a ese
tipo de agricultura, que encuentra aún fuerte resistencias entre la
población.
Mientras tanto, las organizaciones no gubernamentales que se
ocupan de temas de desarrollo acusan al Gobierno laborista de Gordon
Brown de ceder a las presiones de los fabricantes de semillas
transgénicas y olvidarse de las causas reales de la crisis
alimentaria mundial.
Así, señalan que un estudio de cuatro años patrocinado por la ONU
y en el que participaron más de 400 científicos de distintos países
llegó hace dos años a la conclusión de que las tecnologías
transgénicas sólo tendrán un efecto limitado en la lucha contra el
hambre.
Ese informe, dirigido por otro científico del Gobierno británico
llamado Robert Walson, estableció que los supuestos beneficios de
los transgénicos son variables - pueden aumentar las cosechas en
algunos casos, pero disminuir en otros- y que hará falta también
usar más o menos pesticida según las distintas circunstancias.
Su conclusión más importante, sin embargo, era la de que el
hambre del planeta tiene tanto que ver con el poder y el control del
sistema de producción y distribución de alimentos como con la
cantidad producida globalmente. EFE