Roma, 5 feb (EFE).- El presidente de Fiat, Luca Cordero di
Montezemolo, aseguró hoy que la compañía automovilística no se ha
beneficiado de ayudas estatales, lo que provocó la reacción desde
las filas del Gobierno y de los sindicatos.
Montezemolo, tras asistir a un acto en la universidad LUISS de
Roma, afirmó a la prensa que desde que él y Sergio Marchionne,
actual consejero delegado de Fiat, tomaron las riendas del grupo a
mediados de 2004, éste "no ha recibido ni un euro del Estado".
Sus declaraciones fueron rebatidas por el ministro de la
Simplificación Legislativa, Roberto Calderoli, de la federalista
Liga Norte, quien declaró que si el presidente de Fiat había dicho
eso era "una broma sin gracia alguna".
"Si Montezemolo está hablando en serio entonces el asunto toma
connotaciones médicas", agregó el ministro, mientras que el
secretario general del sindicato CISL, Raffaele Bonani, aseguró que
"Fiat siempre ha gozado de ayudas estatales para asentar su
producción en Italia".
Montezemolo respondió que no deben "confundirse" las cosas y
precisó que "los incentivos son un apoyo al consumo y no dinero que
se entrega a las empresas".
Precisamente, el grupo turinés y el Ejecutivo de Silvio
Berlusconi mantienen estos días una dura confrontación a causa de
dichos subsidios estatales al mercado del automóvil.
Una controversia avivada ayer por los comentarios de Berlusconi,
quien comentó que Fiat no parecía interesada en la prolongación de
la medida, así como por el presidente del Senado, Reanto Schiffani,
que propuso eliminar los subsidios si no se protegían los puestos de
trabajo.
A este respecto Montezemolo aseguró hoy que cualquier decisión
empresarial orientada a "mantener la competitividad de la compañía"
se tomará teniendo en cuenta a los trabajadores y a sus familias.
Sin embargo, Fiat atraviesa actualmente un momento delicado en la
relación con sus trabajadores debido a su decisión de clausurar su
fábrica de Termini Imerese, en Sicilia, y cerrar sus plantas durante
dos semanas.
Una decisión que llevó a un parón de cuatro horas por parte de
los trabajadores del grupo el pasado 3 de febrero. EFE