Nueva York, 3 dic (EFE).- El Grupo de los Treinta (G-30), una
entidad privada que agrupa desde 1978 a personalidades del mundo
financiero internacional, alertó hoy de que las dificultades
fiscales a que se enfrentan los países a raíz de la crisis son
mayores que las relativas a sus políticas monetarias.
"Una cosa es clara: Los déficit presupuestarios han crecido de
una manera que casi no tiene precedentes y parece que seguirá así
por un tiempo", manifestó hoy en una reunión con la prensa el
presidente y consejero delegado del G-30, Jacob Frenkel.
Este grupo se reúne esta semana en Nueva York para mantener una
de sus sesiones periódicas, que siempre son de carácter privado y en
la que en esta ocasión se abordará la situación de la economía a
nivel global y la necesidad de reformar el Fondo Monetario
Internacional (FMI), entre otros temas.
Frenkel, que entre 1991 y 2000 fue gobernador del Banco de
Israel, señaló que en la economía mundial "se ha detenido el declive
y ha comenzado la recuperación de una manera modesta" y agregó que
el hecho de que 2009 llegue a su final "es una buena noticia".
Añadió que las economías emergentes van a seguir liderando el
crecimiento mundial en 2010 y llamó la atención sobre el hecho de
que los países industrializados hayan "utilizado todo tipo de
munición convencional y no convencional para afrontar la recesión".
"Ahora están preocupados con la estrategia de salida", apuntó en
alusión a la cancelación paulatina de medidas puestas en marcha por
los gobiernos para superar la crisis.
A este respecto, consideró que los desafíos que afrontan las
autoridades fiscales "son más difíciles" que aquellos que afectan a
las autoridades monetarias.
En su opinión, hay "una firme percepción" de que el mundo se ha
vuelto "más vulnerable" por permitir el aumento de desequilibrios
contables en los países industrializados.
El presidente del G-30 enfatizó el aporte de los países
emergentes al avance de la economía mundial y señaló que más del 70%
del crecimiento se debe a ellos.
"Así que en la medida que debatimos sobre organizaciones
mundiales, incluido el G-20 y el FMI, hay que tener en cuenta que la
mayor parte de la acción no está en los países desarrollados y el
sistema debe acomodarse a esa realidad", añadió.
Un grupo de trabajo del G-30 ha elaborado recientemente un
informe en el que explica las reformas que deberían hacerse en el
FMI para que sea más moderno y operativo y que su estructura refleje
mejor el peso de las economías a nivel mundial.
Considera que el FMI debe concentrar más su vigilancia en
problemas actuales e inminentes y recomendar políticas específicas
para afrontarlos, además de realizar evaluaciones para detectar
vulnerabilidades y aumentos del riesgo en el sector financiero.
El actual gobernador del Banco de Israel, Stanley Fischer, que
participa en ese grupo de trabajo junto al del Banco Central de
México, Guillermo Ortiz, y al ex presidente del Banco Central de
Brasil, Arminio Fraga, aludió a la relevancia que ha tenido el G-20,
que incluye a países desarrollados y otros emergentes, en afrontar
la crisis internacional.
Añadió que ese grupo de países "se parece mucho pero no es
idéntico" al consejo que gobierna el FMI y que "cada uno hace lo
suyo".
Agregó que para que el FMI esté integrado en lo que sucede en el
mundo, "debe haber una convergencia entre los miembros del G-20 y
del consejo del FMI", aunque reconoció que ése es un proceso
"difícil" debido en parte a Europa, que copa 8 de 24 puestos en el
organismo internacional.
Arminio Fraga manifestó que el informe aborda una "gradual"
transformación de una institución que se diseñó muchos años atrás,
que luego tuvo que ocuparse de países de ingresos medios en
dificultades y que ahora tiene delante a grandes economías pasando
apuros. EFE