Londres, 4 jun (EFE).- La agencia de medición de riesgo Fitch
asignó hoy al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF)
la calificación de "AAA" con perspectiva "estable" a largo plazo en
base a varios factores como el "sólido apoyo de sus accionistas".
La tasación de Fitch se apoya, según explica la agencia en un
comunicado, en su "alta capitalización, excelentes activos de
calidad, políticas de gestión de riesgo conservadoras" además del
mencionado apoyo de los accionistas de la entidad.
El capital del BIRF, banco fundado en 1945, se encuentra en poder
de sus 186 países miembros, de los que el mayor accionista es
Estados Unidos, a quien Fitch asigna una calificación de "AAA" y
perspectiva "estable".
Un total del 93,9 por ciento de los 189.900 millones de dólares
en capital suscrito no ha sido pagado por los accionistas, pero
podría ser reclamado por el banco en caso de dificultades
financieras, según recuerda Fitch.
Ya que el 62,1 por ciento de este capital está en poder de los
países que tienen una tasación de "AA-" o mayor, Fitch considera que
estos accionistas tienen la capacidad de aportar ese apoyo.
El banco se centra exclusivamente "en las finanzas soberanas de
los países emergentes, y su "portafolio" consiste, principalmente,
en préstamos a Gobiernos, de existir garantías, lo que se traduce en
una exposición de riesgo crediticio significativa y una alta
concentración", según la nota.
No obstante, los activos de calidad son altos debido al estatus
preferido del banco de "acreedor", lo que le da prioridad con
respecto a otros acreedores en un país moroso.
En el comunicado de Fitch, también se recuerda que en respuesta a
la crisis global, que dificultó a muchos de sus países emergentes el
acceso al mercado financiero, el BIRF se ha comprometido a prestar
un total de 100.000 millones de dólares en el plazo de tres años
(del 2.008 al 2.011).
La agencia también señala que "dada la fuerte capitalización del
banco, su excelente activo de calidad y la esperada formalización
del aumento del capital", Fitch no anticipa ningún cambio en sus
perspectivas clave en el corto plazo.
Sin embargo, advierte de que "el apoyo de los accionistas podría
suponer un problema en el futuro".
Mientras que los estados miembros están legalmente obligados a
responder a una llamada de capital, las recientes dificultades
económicas de ciertos países europeos han suscitado preguntas con
relación a su disposición a responder a dichas llamadas, según añade
la nota.EFE