Por John O'Donnell
FRÁNCFORT (Reuters) - El presidente del Banco Central Europeo tiene previsto decir a los dirigentes europeos en términos rigurosos en una cumbre la semana próxima que tienen que reformar sus dañadas economías o se arriesgan a perjudicar la ambiciosa ofensiva monetaria para revivir a una zona euro estancada.
Mientras el Banco Central se dispone a imprimir dinero para comprar bonos gubernamentales, Mario Draghi se muestra cada vez más preocupado por las vagas reformas en países como Francia e Italia, que teme que minen el impulso de la llamada flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés).
El 18 de diciembre, Draghi instará a dirigentes como el presidente francés, François Hollande, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, a reforzar las reformas y contener el gasto, dijeron fuentes familiarizadas con el BCE.
Por contra, quiere que la canciller alemana, Angela Merkel, invierta más en infraestructuras y aliente la demanda interna.
Pero la cautela francesa, la fragilidad italiana y la incertidumbre electoral en Grecia conllevan que es improbable que Draghi logre un "punto de inflexión" político, forzándole a presionar con los QE en cualquier caso para impedir una espiral deflacionista.
La compra de bonos del BCE podría dar un impulso temporal a la confianza, pero Draghi está convencido de que sus esfuerzos serán en vano a largo plazo a menos que los países hagan un compromiso más vinculante para cambiar leyes como las del empleo o los impuestos.
"Las agendas de los gobiernos francés e italiano son las adecuadas, pero su aplicación no es completa", dijo una persona familiarizada con las opiniones del BCE a Reuters. "Europa puede ayudar a través de la presión de los socios".
En público, las palabras de Draghi han sido cada vez más estridentes. El mes pasado advirtió de que si no se producen cambios podría dañarse la "cohesión esencial" de la eurozona, apuntando que la supervivencia del euro depende de ello.
Pero los dirigentes europeos, que lidian con euroescépticos que quieren abandonar la moneda única y con el rechazo a abandonar derechos adquiridos, tienen poco espacio para responder por ahora.