Londres, 5 jul (EFE).- El nuevo Gobierno británico podría
eliminar hasta 600.000 puestos de funcionario en los cinco próximos
años y prepara una legislación de emergencia para abaratar su
despido, informan hoy varios medios británicos.
La coalición conservadora-liberaldemócrata quiere ir más lejos
que el anterior Gobierno laborista, que redujo el año pasado de un
máximo de seis años y medio a sólo dos años la indemnización por
rescisión del contrato laboral.
El Gobierno de David Cameron quiere alinear el despido en el
sector público al vigente en la industria privada, donde el mínimo
obligatorio es de una semana por año trabajado con un tope que puede
ser a veces de un año.
Según fuentes citadas hoy por el diario Financial Times, incluso
en el caso de despidos de carácter voluntario podría establecerse
incluso un límite más bajo, de nueve meses por ejemplo.
Cinco de los seis sindicatos que representan a los trabajadores
del sector público habían aceptado ya la anterior propuesta
laborista ante el temor de que se endureciesen las condiciones si
los "tories" llegaban al poder, como ha ocurrido.
Sin embargo, el mayor de esos sindicatos, el Public and
Commercial Service union, la rechazó y convocó tres huelgas de un
día cada una antes de lograr que un tribunal ordenara la revisión
del proyecto de ley por considerar ilegal los cambios en los
contratos de trabajo sin consulta previa al sindicato.
Sin embargo, se espera que el nuevo Gobierno anuncie esta semana
un tope a la indemnización por despido antes de proponer a
aprobación parlamentaria un nuevo proyecto de ley que permita
superar el escollo judicial.
El periódico The Times informa hoy de que el Gobierno ha
mantenido conversaciones confidenciales para endurecer la
legislación sobre huelgas en el Reino Unido.
El alcalde conservador de Londres, Boris Johnson, considerado una
figura influyente dentro del partido, aboga por elevar el porcentaje
mínimo de votos de los trabajadores de plantilla necesarios para que
una huelga pueda considerarse legal, algo en lo que coincide con la
patronal británica. EFE