Teresa Bouza
Estambul (Turquía), 30 sep (EFE).- Estambul acoge desde hoy los
actos previos de la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial en la
que se tratará sobre la salud de la economía global, el reparto de
poder en los organismos y los tipos cambiarios, entre otros temas.
El encuentro atraerá a los ministros de Economía y Finanzas de
cerca de 200 países que se darán cita en el centro de convenciones
de la ciudad, situado a las orillas del Bósforo, y donde se registra
ya una fuerte presencia policial.
Las fuerzas de seguridad han acordonado el área con vallas
metálicas, que impedirán el acceso del público a la zona durante la
asamblea que se celebrará entre el sábado y el lunes próximos.
La reunión llega tras la cumbre la semana pasada en Pittsburgh
(EEUU) del G20, un grupo integrado por las principales economías
desarrolladas y en desarrollo que se comprometió a aumentar en al
menos un cinco por ciento el poder de voto de los países en
desarrollo en el FMI y en un tres por ciento en el Banco Mundial.
Está previsto que los titulares de Economía y Finanzas aborden
ese trasvase de poder de los países sobre-representados en el Fondo
Monetario Internacional (FMI) dado su peso en la economía global a
los infra-representados.
El proceso ha despertado suspicacias entre los socios europeos,
que serían los más afectados por una reforma que debería de
completarse en enero de 2011.
Axel Weber, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central
Europeo (BCE), afirmó ayer que Alemania y otros países europeos
deberían de seguir teniendo una fuerte presencia en el FMI y
describió como "inadecuada" la propuesta de aumentar el peso de los
emergentes a expensas de Europa.
A ese contencioso se sumarán otros debates candentes en el aún
frágil panorama económico internacional como el de las estrategias
necesarias para poner fin a las masivas intervenciones estatales
orquestadas para capear la crisis.
El FMI afirmó ayer que ese será, de hecho, uno de sus objetivos
prioritarios durante los próximos dos años, junto con el diseño de
políticas que impulsen un crecimiento sostenible.
Se espera que la situación de los tipos cambiarios ocupe también
un lugar destacado en la asamblea de Estambul sobre todo después de
que el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, dijese el
lunes que el dólar ve amenazado su estatus de reserva mundial.
En ese sentido, Haruhiko Kuroda, presidente del Banco de
Desarrollo Asiático (ADB) recomendó ayer evolucionar hacia un
sistema con "múltiples" divisas reserva, lo que en su opinión podría
ayudar a evitar otra crisis financiera global.
Kuroda afirmó durante un seminario en Seúl (Corea del Sur) que
Asia podría tener en el futuro próximo una moneda común que podría
ser la tercera divisa reserva junto con el dólar y el euro.
Está previsto que en el marco de ese debate salga a relucir
también la situación del yuan.
Un buen número de analistas consideran que la mejor forma para
que China reequilibre su economía y ayude a estabilizar la economía
global es permitir una mayor apreciación de su divisa frente al
dólar, a la que está vinculada.
Entre los temas en la agenda figurará también la posible
ampliación de capital del Banco Mundial, así como la situación de
las economías emergentes de Europa del Este y Asia Central 20 años
después de la caída del Muro de Berlín.
El calendario de la reunión incluye la publicación mañana del
informe semestral Perspectivas Económicas Mundiales, en el que el
FMI publica sus proyecciones de crecimiento para todos los países.
A eso se sumarán sendas ruedas de prensa de Zoellick y el
director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn el viernes, previas
a la asamblea del fin de semana, que coincidirá con el encuentro de
los titulares de Economía y Finanzas del G7 (EEUU, Canadá, Japón,
Alemania, Reino Unido, Italia y Francia). EFE
tb/jlm