Nueva Delhi, 4 sep (EFE).- El ministro de Exteriores brasileño,
Celso Amorim, se mostró hoy pesimista sobre las posibilidades de
revitalizar la Ronda de Doha de la OMC, objetivo de una reunión
ministerial que desde ayer se celebra en Delhi.
Amorim aludió a una metáfora empleada ayer por el director de la
Organización Mundial de Comercio, Pascal Lamy, quien dijo confiar en
que la conferencia de Delhi sea el "principio del final de juego" en
las largas negociaciones de la ronda de comercio abierta en 2001.
Aludiendo también a las fases del juego en ajedrez, el titular
brasileño observó en rueda de prensa que "a veces, el final del
juego es mucho más largo que la apertura y el juego medio".
"De modo que el hecho de que estemos en el final del juego no
significa que hayamos acabado", puntualizó, para insistir en que, en
ocasiones, la apertura requiere 10 movimientos, el juego medio 50 y
son precisos 60 para el final del juego.
Amorim participa en una reunión convocada por la India a la que
asisten una treintena de ministros y representantes de la UE en un
nuevo intento por salvar la atascada Ronda de Doha, tras el fracaso
de las negociaciones de julio de 2008 en Ginebra.
El ministro brasileño sumó su voz a la del titular indio de
Comercio, Anand Sharma, al apostar por mantener la multilateralidad
del proceso negociador frente a la propuesta de entablar procesos
bilaterales que ha hecho la nueva Administración estadounidense.
"En este proceso necesitas acuerdos bilaterales, pero éstos no
pueden reemplazar a los multilaterales. Si queremos modificar el
proceso multilateral, será mucho peor desde el punto de vista de los
países en desarrollo", advirtió.
Amorim rehusó pronunciarse sobre las posibilidades de cerrar la
Ronda de Doha para 2010, como se han comprometido los principales
actores de la OMC, y observó que ya se han "perdido muchos objetivos
realistas".
"Todo depende de algo muy simple, en mi opinión, simple en
términos técnicos pero quizás políticamente complejo: depende de que
todos los jugadores deseen finalizar", manifestó, siguiendo con la
metáfora ajedrecística.
Concretó que los países industrializados, "en abstracto" desean
concluir la ronda pero, cuando se trata de acordar "aspectos
concretos, su actitud es diferente".
Amorim fue menos crítico con la postura de la Unión Europea, al
asegurar no tener dudas de que se mantiene en el "común denominador"
alcanzado en julio pasado, en las fracasadas reuniones de Ginebra.
EFE