Berlín, 5 feb (EFE).- El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang
Schäuble, ha dado por acabado los tiempos del secreto bancario,
también en Suiza, y ratificado la legimitidad de la polémica compra
de una lista con los datos de evasores fiscales a bancos suizos.
"El secreto bancario está acabado", sentencia Schäuble, en
declaraciones que publica mañana el diario "Süddeutsche Zeitung", en
las que afirma asimismo que, en el siglo XXI, la confidencialidad
bancaria no debe ser "un instrumento que posibilite la evasión
fiscal".
El ministro quita hierro al enojo causado en Suiza por la
decisión de Berlín de adquirir esa información a través de un
informante y afirma que, pese a la resistencia de la banca
helvética, se producirá "un intercambio de información" entre ambos
países.
Con ello se evitará, argumenta Schäuble, que deba recurrirse a la
compra de esa información, como ocurre ahora con la polémica lista.
"Todos queremos una solución para que no se den esas
situaciones", afirma el ministro, quien en los últimos días
defendió, como la canciller Angela Merkel, la legitimidad de esa
operación.
Schäuble ha invitado a los alemanes que hayan depositado sus
fondos en tales cuentas secretas a que se autodenuncien, puesto que
con ello evitarán consecuencias judiciales.
Fuentes de su ministerio desmintieron, por "poco serias", las
estimaciones difundidas estos días por medios alemanes, según los
cuales con la adquisición de la lista saldrían a la luz hasta 400
millones de euros depositados en cuentas secretas.
Se estima, asimismo, que en total unos 100.000 alemanes tienen
depositados fondos en cuentas suizas, con un monto total de 23.000
millones de euros.
En el caso de la lista, que se ha ofrecido al gobierno alemán por
2,5 millones de euros, se trata apenas de unos 1.500 presuntos
evasores.
La decisión de Berlín de hacerse con esas informaciones, aún a
costa de pagar a un informante que habría robado esos datos, ha
generado interés en otros países, entre ellos Austria, Bélgica y
Holanda, que en días pasados mostraron su interés en acceder a la
polémica lista.
Dos años atrás, el gobierno alemán pagó cinco millones de euros
por adquirir un DVD con nombres de evasores con cuentas secretas en
Liechtenstein, lo que permitió recuperar para las arcas públicas
unos 180 millones de euros. EFE