México, 3 mar (EFE).- Científicos mexicanos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) desarrollan un cemento a base de geopolímeros que reduce hasta un 80 % las emisiones ambientales y en un 50 % el consumo de energía requerido para su elaboración, informó hoy esa institución académica.
"El cemento es el segundo producto más empleado después del agua en el mundo, debido al crecimiento demográfico que en muchas ciudades exige el desarrollo de infraestructura, edificios y viviendas", indicó el Cinvestav, que depende del Instituto Politécnico Nacional, en un comunicado.
Sin embargo, su uso intensivo "va en detrimento del medio ambiente, el cual está siendo bombardeado con grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) que se producen" al elaborarlo, señaló el organismo.
Los científicos de la Unidad Saltillo del Cinvestav desarrollan desde hace 13 años varios tipos de cementos alternativos, entre ellos uno a base de geopolímeros (polímeros sintéticos inorgánicos), "con mayor resistencia, durabilidad, de bajo impacto ambiental y económico", señala la nota.
José Iván Escalante García, titular del proyecto, precisó que la idea es sustituir el cemento tipo Portland, el más utilizado por la industria de la construcción.
"Por cada kilogramo de este tipo de cemento que se produce, se genera exactamente la misma cantidad de dióxido de carbono (CO2)", dijo.
Según el científico, cada año se fabrican alrededor de 2.500 millones de toneladas de cemento a escala mundial, lo que representa más del 8 % de las emisiones contaminantes generadas en el planeta.
Escalante detalló que en la elaboración de cemento se produce CO2, por el uso de combustibles para calentar la piedra caliza hasta una temperatura de 1450 grados centígrados para obtener la cal, y por la descarbonatación de la caliza (CaCO3).
El cemento a base de geopolímeros no emplea carbonato de calcio en su elaboración, y se procesa a una temperatura de solo 750 grados centígrados.
Además, se puede incorporar en su elaboración desechos industriales como cenizas de plantas termoeléctricas, escorias metalúrgicas y otras materia primas que no requieren procesamiento térmico alguno, lo que reduce hasta en un 80 % las emisiones ambientales implicadas en su desarrollo, explicó.
El experto detalló que "los geopolímeros pueden formularse para obtener materiales con mayor resistencia y durabilidad", y destacó que la fabricación de ese cemento resulta más barata que la del tradicional, porque requiere un 50 % menos de energía.
Escalante y su equipo pretenden pasar en breve de las pruebas de laboratorio a las de campo, donde esperan obtener "mejores resultados" que los conseguidos en los experimentos. EFE