Luis Miguel Blanco
Panamá, 3 mar (EFE).- La poderosa banca instalada en Panamá
presiona al gobierno para que dé marcha atrás al aumento de los
impuestos al sector incluidos en la reforma tributaria, que inicia
mañana su debate en la Asamblea Nacional.
El ministro de Economía y Finanzas de Panamá, Alberto Vallarino,
un antiguo banquero, ha propuesto, con el apoyo del gobierno, una
enmienda que busca una mayor contribución en el pago de los
impuestos por parte de sectores "privilegiados", como la banca, y
reducir la carga tributaria a los asalariados.
De acuerdo con el proyecto de ley de reforma tributaria, a la
banca se le mantendrá la tasa nominal del Impuesto sobre la Renta
(ISR) en el 30%, junto a otro grupo de sectores como las aerolíneas,
cementeras y empresas de telecomunicaciones, pero aumentará su pago
efectivo del 8 por ciento actual al 15 por ciento debido a que
perderán numerosas deducciones de que venían gozando hasta ahora.
A los otros sectores se les reducirá el ISR al 27,5% este año y
al 25% a partir de 2011, algo que los banqueros consideran
discriminatorio.
Aún así, sostiene Vallarino, los bancos en Panamá (unos 100)
seguirán siendo competitivos en la región, porque, por ejemplo, en
Brasil pagan el 40%, en Colombia el 27% y en México el 25%, mientras
los centros "offshore" no tributan ISR, pero "no tienen la capacidad
física para expandir sus operaciones bancarias".
En cuanto a la licencia general, el gobierno pretende duplicar su
pago anual, de acuerdo a los activos de cada uno, lo que fluctuará
entre 100.000 y 700.000 dólares, mientras que los bancos con
licencia internacional (sin oficinas al público) pagarán 75.000, los
de fomento y microfinanzas 30.000 y las casas de cambio 10.000
dólares.
Al respecto, el presidente de la Asociación Bancaria de Panamá
(ABP), Moisés Cohen, dijo a Efe que están "en plena conversación"
con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Para la banca, el asunto más difícil de la reforma es la cantidad
que se paga por la licencia bancaria, y la diferenciación de algunos
sectores que se mantienen en el 30%" del pago del ISR.
Cuestionado sobre la competitividad del centro bancario panameño,
Cohen dijo que "depende del monto que se acuerde (en el pago de
impuestos), si es razonable no habrá problema, pero si no, se puede
restar. Nuestra posición es que se mantenga en el 25% para todos".
El regulador de la banca, Alberto Diamond, al ser cuestionado
sobre el asunto, indicó que la Superintendencia de Bancos de Panamá
(SBP) "ha sido consultada en aspectos técnicos", pero que es el MEF
quien dicta la política impositiva.
No obstante, dijo que todavía "hay una oportunidad de ponerse de
acuerdo y enriquecer el proyecto" en el primer debate en la Asamblea
Nacional.
Raúl Alemán, gerente general del Banco General, el principal de
los bancos privados de capital panameño, dijo a Efe que "la banca no
debe ser discriminada en cuanto al porcentaje que tiene que pagar
del ISR" frente a otros sectores.
"Deberíamos estar todos igual", aseguró.
En 2009, el Centro Bancario Internacional (CBI) de Panamá, según
cifras oficiales, obtuvo una ganancia neta de 919 millones de
dólares (22,4% menos que en 2008), por lo que, con el actual
esquema, le tocaría pagar 73,52 millones de dólares de ISR, mientras
que con la reforma la cifra sería de 137,85 millones.
El CBI en 2008 obtuvo ganancias netas de 1.185 millones y en 2007
de 1.006 millones de dólares, de acuerdo con Diamond.
El secretario general de la SBP, Amaury Castillo, consideró que
"no solo se debe ver la tasa a la banca, sino todo el proyecto en su
conjunto", porque propone rebajas a la renta individual, un aumento
del impuesto al consumo (IVA en otros países) del 40% (del 5 al 7%),
del impuesto al lujo y la eliminación de impuestos en timbres, entre
otros cambios, para recaudar 200 millones de dólares adicionales.
Estos ingresos se distribuirán en varios subsidios y obras de
infraestructura para el desarrollo, según el gobierno. EFE