París, 5 ene (EFE).- Las autoridades francesas se mantienen
"optimistas" sobre el futuro del proyecto de avión militar de
transporte A400M y consideran que los "rumores" de que el fabricante
Airbus se plantea su abandono hay que enmarcarlos en la negociación
para repartirse los sobre-costos de este programa.
"Estamos todavía plenos de optimismo", declaró hoy el ministro
francés de Defensa, Hervé Morin, que en una entrevista a la emisora
de radio "BFM" estimó que las informaciones filtradas a la prensa
alemana sobre la amenaza de Airbus de abandonar el A400M son "la
forma de poner un poco de presión al Gobierno alemán".
Fuentes de su departamento añadieron a Efe que "esos rumores
(...) circulan en un contexto de renegociación" del contrato entre
la filial del grupo europeo EADS y los gobiernos de los siete países
que han participado desde el principio en este proyecto de aparato
para repartir el sobrecoste, estimado en un 25% del precio inicial,
que se había fijado en unos 20.000 millones de euros.
Morin reiteró su postura de que descarta que "sean los
contribuyentes europeos los que paguen la totalidad de los
sobrecostes, y por eso hay que lograr una solución que convenga a
las dos partes".
Las fuentes de su Ministerio insistieron en que los siete Estados
ya han aceptado cambios en los plazos de entrega de las aeronaves
(por ahora el programa acumula un retraso de más de tres años), así
como modificaciones técnicas de los aviones y en las penalizaciones
que deberían recibir por los citados retrasos.
Añadieron que Alemania -que ha encargado 60 unidades del A400M,
Francia (50)- España (27), Reino Unido (25), Turquía (10), Bélgica
(7) y Luxemburgo (1) "han dicho que querían continuar" con un
programa que ha registrado "progresos", en particular con el primer
vuelo del avión realizado el pasado 11 de diciembre en Sevilla,
junto a la planta de Airbus donde está previsto el ensamblaje final.
Además, según la lectura de las autoridades francesas, EADS se ha
comprometido con el A400M con el contrato firmado y retirarse no
sólo implicaría que tendría que afrontar las consecuencias de su
incumplimiento, sino que minaría su credibilidad y se pondría en
peligro su reputación ante sus clientes, no sólo los gobiernos, sino
también las compañías privadas.
Esta polémica tiene su origen en una información del "Financial
Times Deutschland", según el cual el presidente de Airbus, Thomas
Enders, prepara paralizar la fabricación del A400M porque no
considera factible llegar a un compromiso con los siete países sobre
la forma de repartirse los sobrecostes, cifrados en 5.300 millones
de euros, de aquí a finales de mes, que era el plazo previsto.
En las últimas semanas la prensa ya ha servido como escenario de
declaraciones cruzadas de las dos partes, y así el 11 de diciembre
el director general de la empresa, Fabrice Brégier, advirtió de que
los citados Estados tendrían que asumir una subida del precio
"significativa".
Brégier dejaba entonces flotar la eventualidad del abandono del
programa, al comentar que "EADS deberá velar para que el A400M no
cuestione la capacidad de Airbus para seguir siendo un actor de
nivel mundial".
Apenas una semana después, Morin respondió puntualizando que EADS
debe asumir "lo esencial de los sobrecostes", y que teniendo en
cuenta la actitud del fabricante "a fuerza de tensar la cuerda, los
británicos podrían salir del programa", algo que ya habían amenazado
hacer el pasado verano.
EADS había calculado en abril que los retrasos de más de tres
años en el desarrollo industrial del A400M le podría costar 1.400
millones de euros, e incluyó en sus cuentas una provisión potencial
de 5.700 millones para el caso de que tuviera que devolver el dinero
avanzado por los siete países si se abandonara el programa.
El responsable de la división de aviones militares, Domingo
Ureña, había dicho en junio que la empresa estaba invirtiendo un
centenar de millones de euros al mes en este avión. EFE