París, 9 ene (EFE).- El Gobierno francés quiere influir en la
decisión sobre el lugar de fabricación de la próxima generación del
Renault Clio y ha pedido explicaciones al fabricante automovilístico
francés, después de que se hayan filtrado informaciones de que
pretende que el ensamblaje completo de ese modelo se haga en
Turquía.
El diario "Libération" publicó hoy que el ministro de Industria,
Christian Estrosi, ha convocado el próximo miércoles al director
general de Renault, Patrick Pelata, en medio de la polémica sobre
los planes de la empresa para que el ensamblaje de la cuarta
generación del Clio se haga exclusivamente en la factoría turca de
Bursa.
Aunque el Ejecutivo no se haya pronunciado por el momento sobre
esta cuestión, quien sí lo ha hecho es el portavoz del partido del
gobierno UMP, Frédéric Lefebvre, que advirtió que "no es aceptable"
que Renault deslocalice ese modelo, que ahora se produce en Bursa,
en la fábrica francesa de Flins y en la española de Valladolid.
Lefebvre justificó su posición recordando que el Estado francés y
con él los contribuyentes franceses se han rascado el bolsillo "para
salvar Renault" en la crisis del último año.
Además de mejorar el paro parcial de los empleados del grupo
francés, se otorgaron 3.000 millones de euros de fondos públicos en
préstamos a Renault, otros 275 millones para hacer de Flins un
centro de excelencia en la producción de vehículos eléctricos,
además de los 400 millones que ha costado la prima al desguace en
2009, que ha favorecido a todas las compañías automovilísticas.
El portavoz de la Unión por una Mayoría Popular (UMP) señaló que
con esa implicación del Estado francés -que por si fuera poco es
accionista de Renault en un 15%- la dirección no puede hacer lo que
quiera.
La marca del rombo no ha confirmado las revelaciones de "La
Tribune" sobre las intenciones de la dirección de que todos los
coches del futuro Clio de cuarta generación se ensamblen en Turquía.
Sí ha explicado que para un coche de 14.000 euros como puede ser
el Clio, producirlo en Turquía supone un ahorro del 10% respecto a
Francia, y de los 1.400 euros de diferencia, 250 corresponden a la
tasa profesional y 750 a cotizaciones sociales.
La producción del Clio actual se ha desplazado progresivamente a
Bursa, de donde en el primer semestre de 2008 salieron 84.644
unidades, frente a las 64.686 de Flins y las 7.966 de Valladolid.
Los sindicatos franceses se quejan de que, en espera de que se
concreten los proyectos del vehículo eléctrico, la reducción de la
cadencia del Clio supuso el pasado año la pérdida de entre 400 y 500
empleos en Flins.
El presidente de Renault, Carlos Ghosn, en cualquier caso ha dado
garantías sobre el futuro de esta factoría de la región de París, al
haberla elegido para el ensamblaje de uno de sus futuros modelos
eléctricos (el Zoe ZE), para fabricar baterías y como centro de
reciclaje.
En diciembre, Ghosn subrayó que "el Clio se mantendrá en Flins
mientras no sea completa el aumento de cadencia del vehículo
eléctrico". EFE