Tokio, 14 abr (EFE).- El grupo japonés de electrónica Fujitsu
negó hoy haber obligado a dimitir en septiembre a su entonces
presidente, Kuniaki Nozoe, aunque se disculpó con los inversores por
haber dado informaciones confusas acerca de la renuncia.
En la primera rueda de prensa ofrecida por la compañía sobre la
polémica dimisión, el actual número uno de Fujitsu, Michiyoshi
Mazuka, aseguró que la salida de Nozoe fue "apropiada" y rechazó las
acusaciones de coacción.
"No es cierto que (Nozoe) fuera llevado a una habitación sin
ventanas y presionado para que dimitiera sin la aprobación del
consejo de administración", apuntó Mazuka, según la agencia local
Kyodo.
En un principio se dijo que el presidente de Fujitsu había
dimitido por motivos de salud, pero el pasado marzo algunas
informaciones de prensa apuntaron a que la causa real fue que la
empresa le había relacionado con una organización criminal.
Tras publicarse esa información, Fujitsu corrigió su declaración
inicial e informó a los inversores de que Nozoe había dejado su
cargo por su relación con un fondo de inversiones vinculado a una
organización "de mala reputación", en referencia al crimen
organizado.
El caso levantó polvareda entre los accionistas y la falta de
consistencia de las explicaciones de Fujitsu a los inversores sobre
el tema de Nozoe llevó a que la Bolsa de Tokio hiciera una
advertencia verbal a la empresa.
Nozoe, de 62 años, aseguró entonces que ello era "falso" y la
semana pasada anunció que estudiaba presentar una demanda por 5.000
millones de yenes (unos 40 millones de euros) contra dos ejecutivos
de la compañía por haberle obligado a dimitir.
Fujitsu se mostró hoy dispuesto a resolver el caso en los
tribunales y, en un comunicado, reconoció haber "causado
inconvenientes a los accionistas e inversores y a la Bolsa de
Tokio", por lo que presentó sus "sinceras disculpas".
Nozoe fue presidente de Fujitsu durante quince meses, en los que
sus principales operaciones fueron la venta de la división de discos
duros a Toshiba y el traslado de la producción de chips a Taiwán
para recortar costes. EFE