Washington, 22 abr (EFE).- Los ministros de economía del G-7 se
reunirán hoy en una cena "informal" y mañana se incorporarán a un
encuentro del G-20 para tratar la reforma financiera y evaluar la
situación de la economía, con la vista puesta en lo que ocurre en
Grecia.
La tradicional reunión del G-7 previa a la Asamblea del Fondo
Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que tendrá lugar
el fin de semana, ha quedado por primera vez reducida a una cena.
El lugar principal lo ocupará ahora el encuentro de los ministros
de economía y gobernadores de los bancos centrales del G-20, que
reúne a países ricos y en desarrollo, y que con la crisis se ha
convertido en el foro preeminente de coordinación de la economía
mundial.
El cambio refleja el ascenso económico de los mercados
emergentes, que fueron fuente de inestabilidad en crisis anteriores,
pero que en ésta impulsan el crecimiento mundial.
Son precisamente los problemas fiscales de Grecia, un país
desarrollado, los que empañan unas perspectivas económicas mundiales
que serán analizadas en los encuentros de esta semana.
El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, describió
hoy la situación en Grecia como "muy seria".
Sus problemas se agravaron hoy después de que la agencia europea
de estadísticas Eurostat afirmara que en 2009 el país tuvo un
déficit del 13,6% del PIB y no del 12,7%, como se había estimado
inicialmente.
En la reunión del G-20 los participantes presentarán sus
políticas económicas individuales, con la intención de considerar
los efectos a nivel mundial.
Se trata de una iniciativa puesta en marcha en el encuentro
presidencial de Pittsburgh (EE.UU.) en septiembre, que tiene como
objetivo la evaluación mutua de los programas económicos, para
lograr un crecimiento mundial más equilibrado.
Otro de los temas a tratar es la imposición de gravámenes al
sistema financiero para pagar por rescates en futuras crisis y para
desincentivar la toma de riesgos excesivos.
El FMI ha preparado un informe preliminar para el G-20 en el que
sugiere aplicar un impuesto a nivel internacional a las entidades
financieras, que en principio pagarían todas por igual, y otro sobre
la remuneración de su personal y sus beneficios.
Reino Unido y otros países europeos se han manifestado a favor de
la idea, pero Canadá la rechaza. El FMI presentará su informe final
en la reunión presidencial del G-20 en Canadá en junio.
La reforma financiera también está en la agenda del G-7 y del
G-20, además en el programa de la Asamblea del FMI y el Banco
Mundial de este fin de semana.
Strauss-Kahn dijo hoy que el mejor resultado de las reuniones
sería el compromiso de los Gobiernos a trabajar en conjunto, porque
si cada uno aplica nuevas normas de forma independiente se crearán
problemas a nivel mundial.
El jefe del FMI afirmó que es necesario llegar a un acuerdo para
finales de año sobre el nivel de reservas y de liquidez que deberán
mantener las entidades financieras.
También dijo que hay que establecer un mecanismo internacional
para el desmantelamiento de bancos en quiebra y definir las nuevas
herramientas de las agencias reguladoras para supervisar el sistema
financiero. EFE