Marcelo Nagy
Budapest, 4 jun (EFE).- El nuevo Gobierno conservador de Hungría
advirtió hoy que el déficit público del país podría ser mucho más
elevado de lo pensado hasta ahora, lo que causó gran nerviosismo en
los mercados ante el temor de un nueva crisis como la de Grecia.
Péter Szíjjártó, portavoz del ejecutivo, señaló hoy que "la
economía (del país) está en una situación muy grave", y acusó al
anterior gobierno de haber manipulado los datos económicos, tal y
como lo había hecho Grecia.
El portavoz aludió así a una advertencia del vicejefe del
gobernante partido Fidesz, Lajos Kósa, quien había dicho ayer que
Hungría sufre una crisis "comparable a la de Grecia".
El Banco Nacional de Hungría pronostica para este año un déficit
del 4,5 por ciento Producto Interior Bruto (PIB), mientras que el
Fidesz habla ahora de hasta un 7,5 por ciento del PIB.
Estas declaraciones del partido gobernante magiar causaron hoy
gran nerviosismo en los mercados financieros, con fuertes pérdidas
en las bolsas europeas, también en Budapest.
Allí, el índice general bajó un 3,3 por ciento, mientras que la
moneda húngara, el forinto, se depreció un 2 por ciento con respecto
al euro, a su nivel más bajo en un año.
El nerviosismo en los mercados se produjo a pesar de no conocerse
aún los resultados de un informe que está preparando una comisión
gubernamental sobre la verdadera situación económica de Hungría.
El primer ministro, Viktor Orbán, anunció hoy "pasos concretos"
en cuestión de 72 horas después recibir el informe de la comisión.
En declaraciones a una emisora local, el líder conservador agregó
que habrá "cambios estructurales" y reiteró que se aplicarán
reducciones de impuestos para impulsar el consumo y la economía.
Hungría, uno de los países más afectados por la actual crisis
económica, recibió en octubre de 2008 un préstamo de 20.000 millones
de euros del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unión Europea
(UE) y del Banco Mundial (BM), para salvarse de la bancarrota.
Los opositores socialistas calificaron hoy las advertencias del
Fidesz como "exageración" y destacaron que "hablar sobre el peligro
de una bancarrota equivale a un suicidio".
Los socialdemócratas instaron a Kósa "tranquilizar a los
mercados" en una rueda de prensa internacional y reconocer que sus
declaraciones sólo tuvieron motivos de política interna.
También el opositor partido extremista "Jobbik" calificó las
palabras del vice jefe de Fidesz como "irresponsable" y le acusó de
haber "aportado personalmente lo suyo para ahondar la crisis".
Péter Krekó, director de investigaciones del instituto "Political
Capital" subrayó en declaraciones a Efe en Budapest que las palabras
de Kósa "eran para uso interno", efectuadas sin considerar las
consecuencias que podrían tener en el extranjero.
El analista señaló además que este discurso podría formar parte
de "las técnicas de negociaciones" del Fidesz con el FMI, del que
espera que"ablande" sus exigencias de austeridad, lo que le daría
más margen de maniobra al Gobierno.
Éva Várhegyi, analista del Instituto de Investigaciones
Financieras de Budapest, dijo hoy que las declaraciones alarmistas
del Fidesz "no tienen ningún fundamento".
De hecho, destacó que las tendencias de los últimos meses
muestran una "consolidación de la economía húngara", gracias a las
medidas tomadas por el anterior primer ministro, el economista
independiente Gordon Bajnai.
Desde que Hungría recibiera el préstamo internacional, el país
tuvo que introducir severas medidas de austeridad, como el recorte
de sueldos de funcionarios y pensionistas, lo que ahora complica al
gabinete poder cumplir con sus promesas electorales, como por
ejemplo una reducción "radical" de los impuestos.
Tras su abrumadora victoria electoral en abril, Orbán había
adelantado que su gobierno iba a renegociar con el FMI las
condiciones del préstamo internacional.
Para los próximos días, se espera la llegada a Budapest de una
delegación del FMI, que se reunirá por primera vez con los nuevos
responsables del Gobierno húngaro. EFE