Buenos Aires, 5 nov (EFE).- El Gobierno argentino consideró una
"extorsión" la nueva huelga por conflictos sindicales que paralizó
hoy las seis líneas del metro de Buenos Aires, que diariamente
traslada a cerca de un millón de pasajeros.
"En lo formal esta no es una huelga, es una extorsión, un
apriete", aseguró el ministro argentino de Trabajo, Carlos Tomada,
en una rueda de prensa en la sede del Gobierno.
"Hay un nivel extorsivo de una dureza que no se corresponde con
el intento de buscar una solución", apuntó el ministro.
La nueva huelga, que originó una importante congestión del
tránsito, responde al "plan de lucha" que llevan a cabo los
trabajadores del metro para escindirse del sindicato de conductores
de autobuses y crear su propio gremio, asunto que se discute desde
hace 14 meses en el Ministerio de Trabajo.
El servicio del metro quedó paralizado en medio de gritos y
forcejeos entre miembros de ambos grupos sindicales antagónicos en
la estación de Constitución, en el sur de la ciudad, y estos hechos
se repitieron varias veces durante el día.
Metrovías, que además del metro opera una línea del ferrocarril
suburbano, intentó establecer, sin éxito, un servicio de emergencia
en medio de tensiones entre los grupos sindicales enfrentados.
"Es el séptimo paro que llevan a cabo en las últimas dos
semanas", destacó Lucila Maldonado, portavoz de Metrovías, al
subrayar que la empresa no es responsable de los perjuicios que
sufren los pasajeros.
El ministro de Trabajo pidió "paciencia y responsabilidad" a los
trabajadores que quieren escindirse del sindicato de conductores de
autobuses e hicieron un pedido para formar su propio gremio.
"Presentaron un recurso ante la Justicia y allí nos dicen que
tenemos 10 días para analizar el pedido. Pero mientras encontramos
una solución, lanzan un paro en un servicio esencial", subrayó
Tomada.
En principio, los trabajadores en huelga se comprometieron a
retomar el viernes sus puestos de trabajo. EFE