Washington, 24 ago (EFE).- El Gobierno de EE.UU. no intervendrá
en el proceso de venta de Opel, filial de General Motors (GM), y
dejará que la dirección del fabricante automovilístico
estadounidense decida cuál de las ofertas de adquisición quiere
aceptar.
El portavoz adjunto de la Casa Blanca, Bill Burton, aseguró hoy
que el presidente de EE.UU., Barack Obama, actualmente de vacaciones
en Martha's Vineyard (Massachusetts), considera que las decisiones
sobre la gestión de las operaciones diarias de GM deberían ser
tomadas por sus directivos y no por el Gobierno.
"Él (el presidente) nunca quiso meterse en el negocio
automovilístico y está satisfecho con que sean ellos los que tomen
sus decisiones y con que se recuperen", señaló el portavoz, quien
recalcó que Obama, por ello, no prevé involucrarse en la
transacción.
Burton hizo estas declaraciones después de que el ministro alemán
de Exteriores, Frank Walter Steinmeier, pidiera ayuda a la
secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, en el proceso de
venta de Opel, ante el retraso por parte de GM de una decisión.
Durante una conversación telefónica el pasado sábado, Steinmeier
pidió a Clinton que presionara al responsable del Tesoro
estadounidense, Tim Geithner, para que éste defienda la oferta de
compra del grupo austríaco-canadiense Magna, según el diario
Rheinische Post.
En el rotativo se señala que el titular de Exteriores alemán dejó
claro a la jefa de la diplomacia estadounidense que Berlín aportará
sus avales para la operación sólo si el comprador es Magna y no el
inversor financiero belga RHJ International.
Steinmeier reiteró además ante Clinton que el grupo Magna, entre
otras cosas fabricante de componentes para automóviles, ha
presentado el mejor concepto para la conservación de la marca Opel y
el mantenimiento de sus cuatro plantas en Alemania.
La llamada del jefe de la diplomacia alemana a Clinton se produjo
pocas horas después de que la dirección de GM aplazara de nuevo
indefinidamente la decisión sobre la venta de Opel a uno de los dos
candidatos a la compra al considerar que no estaban lo
suficientemente claros los aspectos financieros de la operación.
La falta de decisiones por parte de la dirección de GM ha causado
una profunda decepción en el Gobierno alemán y en algunos de los
estados federados con plantas de Opel, así como en el comité de
empresa del fabricante.
El Gobierno estadounidense posee el 60 por ciento de GM después
de haber inyectado en junio más de 30.000 millones de dólares para
ayudar al fabricante automovilístico a reestructurarse luego de
declararse en quiebra. EFE