Brasilia, 20 abr (EFE).- Un grupo formado por empresas públicas y
privadas de Brasil liderado por la estatal Chesf se adjudicó hoy las
obras de una represa hidroeléctrica que será construida en plena
Amazonía, pese a las protestas de indios y campesinos.
Tras una verdadera batalla de acciones judiciales que paralizaron
y autorizaron la licitación al menos tres veces, la Agencia Nacional
de Energía Eléctrica (Aneel) anunció el resultado de la puja, en la
que sólo participaron dos consorcios.
Según la Aneel, el grupo liderado por la Companhia Hidroelétrica
do São Francisco (Chesf, estatal), la constructora privada Queiroz
Galvão e integrado por otras seis empresas presentó la mejor oferta,
con un precio de 77,973 reales (unos 44,5 dólares) por
megavatio-hora, que es un 6,02% menor al techo establecido por la
Aneel.
La represa de Belo Monte costará 10.600 millones de dólares,
generará en promedio 4.571 megavatios por hora y alcanzará un tope
de 11.233 megavatios en las épocas de máxima crecida del río Xingú,
uno de los principales afluentes del Amazonas.
Su construcción obligará a inundar cerca de 500 kilómetros de
selva amazónica y a desplazar a unos 50.000 indios y campesinos, lo
que ha generado duras críticas de movimientos sociales, a las que se
han unido algunos famosos de Hollywood, como el cineasta canadiense
James Cameron, director de "Avatar".
Según las normas establecidas para la subasta, el grupo ganador
contará con apoyo del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico
y Social (BNDES), que financiará hasta el 80% del proyecto.
La represa de Belo Monte será, una vez en operaciones, la tercera
mayor hidroeléctrica del mundo, detrás de la de las Tres Gargantas
(China) e Itaipú (Brasil y Paraguay).
La previsión del Gobierno es que la hidroeléctrica empiece a
operar en una primera fase en 2015 y que esté totalmente terminada y
funcionando a pleno en 2019. EFE
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