La Paz, 4 may (EFE).- La huelga convocada hoy contra el
presidente de Bolivia, Evo Morales, para exigirle un aumento de
sueldos mayor al cinco por ciento que decretó el sábado, fue parcial
y acabó con un ataque con dinamita al ministerio de Trabajo, si bien
el país en general mantuvo una relativa normalidad.
El comandante departamental de la Policía, coronel Ciro Farfán,
dijo a los medios que 15 trabajadores fueron detenidos tras haber
detonado dinamita e intentado incendiar las puertas del ministerio.
El paro, convocado por la Central Obrera Boliviana (COB), la
mayor del país, fue seguida por maestros, obreros fabriles y
trabajadores de la salud, y en sus marchas en La Paz los respaldaron
empleados municipales, de la universidad e incluso de la telefónica
nacionalizada Entel.
Además, cumplieron hoy su segundo día de huelga de hambre diez
esposas de policías que rechazan el aumento del tres por ciento que
se decretó para ese sector y las Fuerzas Armadas.
El mayor incidente se produjo durante una marcha de fabriles que
lanzaron dinamita contra el ministerio de Trabajo, causando
destrozos en la puerta principal y ventanas, además de lanzar
pintura a la fachada, la cual alcanzó a transeúntes y reporteros
gráficos, según constató Efe.
El ministro de gobierno (Interior), Sacha Llorenti, afirmó que
una mujer fue herida en la ceja con vidrios de una bomba molotov,
mientras que los trabajadores aseguraron que dos obreros resultaron
heridos por la policía durante la protesta.
La policía dispersó a los protestantes con gases lacrimógenos en
la céntrica Plaza de San Francisco, donde después aparecieron miles
de manifestantes de diversos sectores que lograron continuar la
marcha.
También hubo manifestaciones y bloqueos de vías en otras
ciudades, pero las protestas no alteraron significativamente la
jornada laboral, que fue normal en el sector privado gracias a que
los transportistas, los comerciantes, la banca y otras entidades
desoyeron el llamamiento de la COB.
Los trabajadores que más batalla dan para conseguir un aumento
salarial del doce por ciento son los fabriles que, según sus
dirigentes, agrupa a 300.000 y en promedio ganan cien dólares
mensuales, por lo que aceptar el cinco por ciento supone solo cinco
dólares al mes.
Decenas de obreros fabriles se mantienen en huelga de hambre en
La Paz desde hace una semana, en tanto que otro grupo del mismo
sector de Cochabamba comenzó hoy una medida similar.
Uno de sus dirigentes, Ángel Asturizaga, reconoció hoy a Efe que
hubo exceso de parte del sector en la protesta contra el ministerio
de Trabajo, pero justificó que así expresaron su molestia contra ex
sindicalistas que actualmente tienen altos cargos gubernamentales.
En concreto, se refirió a la ministra de Trabajo, Carmen
Trujillo, y a su antecesor Calixto Chipana, actual director nacional
de Trabajo, quienes fueron dirigentes fabriles.
Los obreros también pidieron a Morales "que no cuide los
bolsillos de los empresarios privados", pues el incremento en el
sector fabril no proviene de recursos estatales.
En una rueda de prensa, Trujilo crítico que la marcha terminara
con un acto de "vandalismo" por los destrozos causados y por el
miedo que causaron con la dinamita.
Trujillo dijo que "el paro ha sido fracaso" porque hubo
"normalidad" en el sector privado.
El dirigente de la Confederación de Salud, José Luis Delgado,
pidió negociar porque no está de acuerdo con la "imposición" de
Morales "sin haber discutido ni debatido el incremento salarial".
Una de las esposas de los policías en huelga de hambre, que no
quiso identificarse, calificó el aumento del tres por ciento de
"burla", pues ese "dinero alcanza apenas para comer".
El máximo dirigente de la COB, el minero Pedro Montes, destacó en
Oruro, donde encabezó una marcha, que allí el "paro fue totalmente
contundente" y expresó su deseo de que ahora Morales "abra las
puertas para dialogar".
Para el Gobierno, el aumento no puede ser mayor porque se
desataría una escalada inflacionaria parecida a la que vivió el país
en 1985, durante el final del gobierno izquierdista y populista de
la Unidad Democrática y Popular (UPD), cuando los precios subieron
un nueve mil por ciento.
En 2009 la inflación fue del 0,26 por ciento y para este año se
ha proyectado 4,5 por ciento. EFE
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